RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

viernes, 30 de septiembre de 2016

La masculinidad ya no es solo cosa de hombres

Hablamos con los expertos que defienden que la masculinidad femenina existe y que no se centra en imitar a los varones. Para visibilizarlo, hoy 30 de septiembre, habrá un proyecto en Matadero Madrid bajo el nombre “Cultura Tomboys, Marimachas, Trans, Bedesemera”



Que la masculinidad no es (o no solo) una cosa de hombres es algo que sabemos pero que no siempre recordamos. Marimacho, camionera o tomboy (el término en inglés) son, aún a día de hoy y de manera frecuente, una forma despectiva de referirse a una mujer que se identifica con aspectos históricamente propios de hombres. La de la tomboy también es una estética y bastante de moda (mirad si no a la modelo Alba Galocha paseándose por el Festival de San Sebastián). Pero, por fortuna, y además de todo lo anterior, la de marimacho es una identidad (entre otras), una forma (política en muchos casos) de estar en el mundo.






“La masculinidad femenina no es una moda sino experiencias propias, que no imitan a los varones, y que tienen un lugar concreto en nuestra cultura”



Dentro de la teoría de género, elcamionerismo (perdonadme el invento) se analiza bajo la etiqueta de masculinidad femenina, es decir, “mujeres” (con todos los prefijos y comillas que queráis ponerles) que se comportan como “hombres” (añadidles todos los prefijos anteriores) pero que no tienen por qué definirse como lesbianas. “La principal contribución del término ‘masculinidad femenina’ es fijarse en que la masculinidad no es algo que les pertenece a los hombres en exclusiva y que existen expresiones de masculinidad encarnadas en quienes fueron reconocidas en el nacimiento como mujeres”, describe Lucas Platero, docente e investigador del proyecto VOSATEC, CSIC. “La masculinidad femenina no es una moda ni algo actual sino que son experiencias propias, que no imitan a los varones, y que tienen un lugar concreto en nuestra cultura”, apostilla.
El término, analizado y estudiado en profundad en el libro de título homónimo deJudith/Jack Halberstam (publicado es español por la editorial Egales y del que saldrá una reedición este otoño) no suena tanto como debería. Y, de la misma forma que "la pluma", la masculinidad (bien empleada) también puede ser una forma de luchar contra el machismo y cuestionar los códigos heteronormativos.







A Mary-Kate, apellidada Burke en la serie 'Cosas de gemelas', la llamam 'marimacho' por gustarle mucho los deportes. CORDON


Para reivindicarlo y visibilizar una cultura infrarepresentada, Matadero Madridacoge la jornada “Cultura Tomboys, Marimachas, Trans, Bedesemera” organizada por el colectivo Toxic Lesbian. Durante la misma se proyectará el documental “Tomboys, Marimachas, Trans, Bedesemeras” en el que ha participado Leticia Rojas Miranda, una estudiante de doctorado cuya tesis gira en torno a la transexualidad y migración y que ella misma se define como “una activista de cuerpo ambiguo y sexualidad racializada disidente”. Con su aspecto, Rojas busca cuestionar las políticas heteropatriarcales desde una posición corpo-política. “No hay una sola percepción por parte de la sociedad, existen varias percepciones institucionales y sociales que fijan fronteras que excluyen y discriminan a los cuerpos y a las sexualidades disidentes”, asegura.
De masculinidad femenina saben un rato las Cabello/Carceller. El colectivo artístico, presente estos días en el IVAM de Valencia con la pieza 'Lost in transition_un poema performativo',que lleva más de 20 años desmontando el concepto de lo masculino a través de sus obras. Como en el caso de Leticia, su trabajo también parte de la premisa de que lo personal es político.“Somos arte y parte. Nos dimos cuenta de que si queríamos hablar de otros temas a los habituales en el mundo del arte, debíamos ser nosotras las que lo propusiéramos. Así que, empezamos a trabajar en cuestiones de género porque nosotras formábamos parte de ello”.
Las artistas, que el año pasado representaron a España en la bienal de Venecia, también coinciden en la falta de visibilidad de la cuestión. “Cuando empezamos a trabajar como artistas, no teníamos un imaginario o unas poéticas que nos representaran. Sencillamente, no estábamos. Así que, nos propusimos dar un empujón de visibilidad”, cuentan.
Epígrafe 1.

“Cultura Tomboys, Marimachas, Trans, Bedesemera”

Viernes 30 de septiembre. De 18:00 a 22:00. Matadero Madrid.






“Cuando empezamos a trabajar como artistas, no teníamos un imaginario que representar. Sencillamente, no estábamos"



La jornada está organizada por el colectivo Toxic Lesbian y busca trascender la teoría y dar visibilidad a las múltiples versiones de la masculinidad femenina que se dan en Madrid. Además del documental, habrá una manifestación que contará con la participación de la 'Batucada Que Entiende', una escuela de percusión brasileña para mujeres, y con un debate entre diversos colectivos y activistas entre los que estarán, además de Leticia, Patricia Louro, que aportará el punto de vista de las prácticas BDSM; el grupo de mujeres lesbianas, visibles y socializadoras de la asociación COGAM, y Alex Moreno, presidente de la asociación por la visibilidad de los chicos trans, ‘El Hombre Transexual’.
Epígrafe 2.

“Lost in Transition_un poema performativo”

Hasta el 15 de enero. IVAM Institut Valencià d'Art Modern, Valencia.
El colectivo Cabello/Carceller presenta un vídeo grabado en la escalera del IVAM, un lugar tradicionalmente de paso, en el que varias personas de la ciudad reinterpretan y juegan con diferentes roles sexuales. “La idea era ocupar la escalera y equipararla a lo trans, en el sentido de que no es algo que está en medio, que viene de un origen equivocado y busca un destino correcto, sino que es interesante habitar los espacios intermedios donde las identidades fluyen y no están tan definidas”, describen las artistas.


Subido por M.C. Méndez Bejarano

jueves, 29 de septiembre de 2016

La pintora modernista, Lluïsa Vidal (1876-1918)


Pocas son las mujeres que han destacado en la historia de la pintura y no es por falta de talento. Muchas se vieron abocadas al consuelo de desarrollar su talento dentro de casa resignándose a no conseguir nunca un reconocimiento público y mucho menos a vivir de su arte. Pero algunas consiguieron traspasar el umbral de la privacidad y ver reconocida su obra. Ese fue el caso de Lluïsa Vidal, la única pintora reconocida del modernismo catalán. Su vida fue una constante excepción en la historia de las mujeres. Recibió una esmerada educación, estudió en París,recibió el reconocimiento de grandes pintores de su tiempo y alcanzó la independencia económica con su arte. Y todo gracias a que fue su padre el que creyó que las mujeres, como los hombres, deberían tener el mismo acceso al arte y el conocimiento.

Lluïsa Vidal i Puig nació en Barcelona el 2 de abril de 1876 en el seno de una amplia familia de la burguesía catalana. Era la segunda de los doce hijos de Francesc Vidal y su esposa Mercè Puig. Francesc Vidal era un reconocido y reputado ebanista que recibía encargos de la burguesía, la aristocracia y la realeza española. Tanto él como su esposa creyeron en la igualdad a la hora de ofrecer a sus hijos e hijas la misma educación por lo que Lluïsa se aprovechó de esta situación excepcional. Desde bien pequeña acompañaba a su padre al obrador en el que veía trabajar a los artistas y artesanos y pronto despertó en ella la pasión por la pintura. 

Siento todavía una niña, Lluïsa Vidal recibió clases de pintura de diferentes artistas que le enseñaron a perfeccionar el arte del dibujo, la pintura y la ilustración. En 1892 tuvo ocasión de viajar a Madrid con su padre. En el Museo del Prado se empapó del arte de artistas como Goya o Velázquez. De este último tuvo ocasión de copiar una de sus obras, El príncipe Baltasar Carlos. En su proceso de aprendizaje, Lluïsa fue perfeccionando su técnica y acercándose al retrato gracias a las pinturas que realizó a los miembros de su propia familia. 




En 1898, con veintidós años, exponía por primera vez su obra públicamente en la IV Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona recibiendo una cálida acogida por la crítica que definiría su obra como muy “viril”, adjetivo con el que pretendían alabar su talento cercano al de un hombre. En pocos meses mostró su obra en otras exposiciones.




En 1901 Lluïsa se trasladó a París para continuar con sus estudios artísticos en la Académie Julian, una prestigiosa escuela de arte en la que podían estudiar las mujeres. Sin embargo, la pintora no se adaptó a la mecánica del centro y tras un viaje a Londres donde entró en contacto con artistas ingleses y disfrutó de los museos de la City, retornó a París donde terminó escogiendo la Academia del pintor Georges Humbert como nuevo lugar de estudios. Lluïsa pasaba mucho tiempo en el Louvre, observando y copiando las obras de arte de la gran pinacoteca, o paseando por los jardines parisinos para captar la esencia que diera vida a alguna de sus obras. Además de dedicar su tiempo al arte, Lluïsa entró en contacto con el feminismo que hervía por aquel entonces en muchos lugares de Europa.




Un año después volvía a su Barcelona natal donde continuó con su vida artística. Lluïsa consiguió ser independiente haciendo retratos a los miembros de la clase acomodada catalana y vendiendo sus ilustraciones a distintas revistas como Feminal La Ilustración Artística. En 1911 abría su propia academia de pintura para jóvenes artistas. En aquellos años, Lluïsa también se implicó con los movimientos feministas de la ciudad. 


Taller de Lluïsa Vidal

Lluïsa Vidal fue una gran retratista y una excelente pintora de la vida cotidiana enmarcada en el modernismo de principios del siglo XX. En sus lienzos, al óleo o utilizando la técnica de la sanguina, plasmó la realidad de las mujeres de su tiempo en hermosos retratos dentro de sus hogares realizando tareas típicas de su género e inmortalizó momentos populares en escenas al aire libre como fiestas o bailes. 


Lluïsa Vidal fallecía en Barcelona el 18 de octubre de 1918 víctima de una pandemia de gripe española. 

Por Sandra Ferrer

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Según la ciencia esta sería la razón de la sincronización del periodo entre mujeres

Resultado de imagen para sincronización menstrual

A muchas de nosotras nos ha pasado que tenemos una especie de sincronización en nuestra regla con un grupo de amigas, ya sean del trabajo, universidad o en casa con nuestras hermanas y mamá. A veces pensamos que es simple coincidencia, luego creemos que es algo natural que en determinado tiempo a todas les llegue lamenstruación durante la misma semana o el mismo día. Esta situación también fue observada por la psicóloga Martha K. McClintock quien llegó a una probable conclusión de este suceso.

La psicóloga en 1971 se dedicó a estudiar la sincronización entre mujeresintroduciendo lo que se conoce como el "efecto McClintock". Esta mujer notó que un grupo de mujeres inició un periodo con ciclos diferentes, pero al paso de tres meses terminaron sincronizadas, encontrado como principal causante a las feromonas que se encuentran presentes en el sudor, mismas que inciden en la hormona leutinizante que sería la encargada de retrasar o alentar el periodo.
Incluso, un estudio del Centro de Investigación de California complementó esta teoría al investigar que en un grupo hay una mujer 'alfa', misma que dicta la sincronización del periodo de las mujeres.

Aunque suena lógico y científicamente comprobado, aún hay muchos vacíos alrededor de las feromonas, pues no se ha logrado identificar qué órgano del cuerpo humano las detecta y produce.

http://www.wapa.pe/salud/2016-09-28-segun-la-ciencia-esta-seria-la-razon-de-la-sincronizacion-del-periodo-entre-mujeres

Feminismo y aborto: Hablemos de frente del aborto



Rebelion

El colectivo Feminista La Araña (Venezuela) hace un análisis sobre la penalización del aborto y manifiesta que las mujeres tienen el derecho a ejercer, disfrutar y decidir sobre su sexualidad responsable y libremente

Ya en los 70 las feministas de nuestro país, Venezuela, se movilizaban por su derecho a decidir cuántos y cuándo tener hijas o hijos, las razones de entonces son las mismas: el aborto es una realidad que es penalizada sólo a las mujeres pobres quienes son las que más sufren las consecuencias. La penalización vulnera el derecho de las mujeres a no morir por causas prevenibles relacionadas con el embarazo, entre lo que se encuentra el decidir poner término a un embarazo no deseado, según tratados y convenciones internacionales firmadas por nuestro país. Al contrario de lo que se piensa las mujeres que abortan suelen ser en un 70% mujeres que ya tienen más de un hijo, en un 55% mayores de 24 años y en un 63% solteras. La decisión personal de abortar las tomamos las mujeres como último recurso frente a embarazos no deseados o inviables, en condiciones donde no hay apoyo, siendo la decisión de abortar una expresión del sentido de responsabilidad de una mujer con respecto al hecho de ser madre, una manera de proteger su propio futuro o el de las o los hijos que ya tiene.
 
Por otro lado, se extiende una discusión sobre la vida que se torna hasta filosófica pero que pierde algo de vista: la vida de las mujeres que tienen un embarazo no deseado es la única realidad sin discusión. Son ellas las ciudadanas plenas con derechos. Un grupo de células, un cigoto, un feto o un embrión es un proyecto y no un ciudadano con más derechos que una mujer. La penalización no ha evitado la práctica del aborto, sólo la ha mantenido en la clandestinidad y la ha hecho un negocio muy lucrativo y peligroso para las mujeres. Ha conseguido que miles de mujeres mueran en el ejercicio de sus decisiones, entre el 10 y el 50% sufran complicaciones como sepsis, hemorragia y lesiones intra-abdominales, y complicaciones infecciosas que pueden dejar en la mujer secuelas de esterilidad. El aborto es un problema de salud pública, que se oculta bajo el dilema de “a favor” o “en contra”, cuando su real dimensión está en las condiciones de seguridad o inseguridad en la que se realiza la interrupción del embarazo.
 
Nuestra propuesta
Las mujeres tenemos derecho a ejercer y disfrutar nuestra sexualidad responsablemente, para ello, necesitamos educación sexual y acceso a anticonceptivos. Los anticonceptivos deberían estar de forma gratuita en los centros de salud pública. Tomemos como inicio de la vida el mismo acuerdo que para la muerte: la actividad cerebral. Si una persona está legalmente muerta cuando cesa la actividad cerebral debería estar legalmente viva solo cuando hay actividad cerebral y eso ocurre entre la 12 y la 14 semana de gestación. Despenalicemos el aborto hasta la 12ava semana. Despenalicemos el aborto hasta la 14ava semana cuando el embarazo sea producto de una violación, el feto tenga malformaciones o cause daños a la salud de la gestante. Despenalicemos el aborto terapéutico. Despenalicemos el aborto de embarazos que pongan en riesgo la vida de las mujeres gestantes. Y hablemos de frente, despenalizar el aborto no obliga a nadie a abortar. El aborto legal garantiza la vida y salud de las mujeres que decidieron según sus convicciones, condiciones materiales, sociales y culturales interrumpir voluntariamente una gestación.
 
Cronología. hitos contra la penalización del aborto en Venezuela y Latinoamérica

1979 - Giovanna Mérola, feminista, publicó el libro En Defensa del Aborto en Venezuela.
1981- Dr. Rosendo Castellanos y la FMV propusieron despenalizar el aborto en los casos de violación, malformación y peligro para la vida materna.
1986 - Sonia Sgambatti, abogada feminista, publicó el libro El Aborto, aspectos historiográficos, legales, éticos y científicos.
1986 – Edilberto Pacheco, médico, publicó El aborto en Venezuela: problema de salud pública, expresión de la desigualdad social.
1999 – La CRBV incorporó los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos.
2004 - Propuestas del Movimiento Amplio de Mujeres para el Proyecto de Código Penal Venezolano que proponen despenalizar el aborto.
2004 - Anteproyecto de Reforma de Código Penal propuesto por una comisión dirigida por el magistrado del TSJ: Alejandro Angulo Fontiveros, indica la despenalización del aborto hasta la semana doce.
2005 - Se presentó la Agenda de las Mujeres a la AN donde se solicita un Nuevo Código Penal no Sexista.
2005 – Mujer tenía que ser Nº 2 dedicada al aborto.
2008 - Iniciativas FIGO, por el derecho a una interrupción segura del embarazo
2009–En el Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe colectivos de mujeres realizaron acciones públicas.
2009 – Carta a la María León, Ministra del PP para la Mujer, firmada por 18 organizaciones y más de 300 individualidades, solicitando apoyo para la despenalización del aborto.
2010- Presentación de Propuestas a la Comisión Técnica para la Elaboración del Código Penal, que incorporó la despenalización de la interrupción del embarazo hasta la 12 semana.
2010 – Presentación de propuestas ante la Comisión Permanente de Política Interior
2011 – Marzo Lanzamiento Línea INFORMACIÓN SEGURA, que permitió a muchas mujeres aprender sobre la utilización del misoprostol.
2011 –Presentación a MPPS para eliminar las restricciones de venta del misoprostol o cytotec.
2011 – Trabajo conjunto Línea Información Segura con el MPPS en materia de Derechos Sexuales y Reproductivos.
2012 –2016 – Acciones de calle y conversatorios para exigir el derecho de las mujeres a la libertad de decidir sobre continuar o interrumpir un embarazo.

martes, 27 de septiembre de 2016

Violencia y prostitución: Sexualidad masculina y prostitución




El pasado 23 de septiembre fue el Día internacional contra la explotación sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños. El autor nos recuerda que el 95% de las personas en situación de prostitución son mujeres.

No se comprende el patriarcado si no se considera toda la violencia, real y simbólica, que configura el fenómeno de la prostitución.Violencia simbólica, porque todas los estudios coinciden en que en torno al 95% de las personas en situación de prostitución son mujeres, y el 5% restante son hombres gays o transexuales. Y en todos los casos la prostitución se ejerce al servicio del hombre, excepto en un porcentaje claramente residual -máximo el 1%- de casos, en los que es la mujer la que busca sexo con un hombre en prostitución. A su vez, otros estudios indican que solamente un porcentaje también puramente testimonial -máximo el 1%- de la riqueza mundial está en manos de mujeres. Los datos dejan entrever una cruda realidad: que en este mundo, la prostitución es proporcional a la desigualdad económica entre hombres y mujeres. 

Género y economía se complementan en el fenómeno de la prostitución. -“Me prostituyo para que mi hija no tenga que hacer lo mismo”, comentó una mujer. Prostitución y violencia sexual masculina (simbólica y real) se nutren mutuamente. La prostitución como ritual social, o como escuela de sexualidad, aún impone al hombre un concepto de virilidad profundamente alejado de sus propios y más genuinos sentimientos; aún conforma un patrón, realmente violento, de sexualidad. Víctima de una profunda inmadurez emocional, el mal llamado ‛usuario’ de prostitución es impelido socialmente a relacionarse con unas mujeres a las que, tanto por el estigma social, como por su propia falta de empatía personal, considera inferiores (según foros machistas: ‛guarras’, ‛ninfómanas’, ‛les gusta que les peguen y les violen’ y un largo etcétera de insultos y vejaciones). Invalidado para satisfacer sus auténticos deseos, las relaciones se tornan compulsivas. Sobreabundancia de estímulos y drogas, imperativo del número de coitos, deseos estrafalarios, hombres en grupo, una mujer tras otra o muchas a la vez... sólo le importa alimentar la fantasía de que la próxima vez ya no va a ser igual. Incapaz de relacionarse en igualdad, el mal llamado ‛cliente’ frecuentemente mantiene relaciones sexuales despojadas de todo su rico potencial lúdico o amoroso, y despojadas del más mínimo sentido ético: maltrata y desprecia, conculca derechos, acude a todo tipo de tretas y engaños para abusar, para pagar menos o para quitarse el condón.Extralimitaciones que embrutecen cada vez más su sexualidad, acaba por excitarle la violencia de someter, la violencia de humillar. Finalmente paga para sustraer dignidad.

La violencia sexual masculina (real y simbólica) articula la relación entre la prostitución y una de las actividades ilícitas más violenta y lucrativa del planeta, como es la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual. El negocio clandestino de la trata es inherente al fenómeno de la prostitución. Él, el hombre prostituyente, no quiere saber nada acerca de las circunstancias de la mujer a la que está prostituyendo; muy al contrario, a menudo sólo le interesa que se cumplan condiciones que redunden en su extrema vulnerabilidad: sin documentación, menores y vírgenes, o con la seguridad de poder tener relaciones sin protección. El hombre que acude al mercado de la trata requiere garantías de plena sumisión, y exige el poder de violar y humillar con absoluta impunidad. En el contexto neoliberal, con la industria del sexo en constante alza, las mafias de trata abastecen buena parte de los mercados occidentales: rumanas, nigerianas, camboyanas o brasileñas; da igual el origen de la mercancía, sólo interesan los ojos rasgados, una voz ‛sensual’ o la piel negra. El supuesto exotismo racial actúa como escaparate de unos agujeros puestos en venta una y otra vez. Machismo, racismo y clasismo estructuran los mercados de trata y prostitución. Vidas secuestradas y esclavizadas, derechos humanos vulnerados, mujeres profundamente humilladas hasta la completa despersonalización se contraponen a captadores, pasantes, traficantes y empresarios de burdeles que se confabulan en poderosas mafias, que obtienen grandísimos beneficios y que se sostienen, en su base, sobre todos y cada uno de los hombres que acuden a prostituir.

La existencia de estas redes transnacionales sólo es posible con la connivencia de políticos y legisladores, de organismos e instituciones públicas nacionales e internacionales. ¿Cómo se puede entender que una mujer, liberada de la red, denuncie a ésta y en consecuencia su familia sea represaliada? ¿Cómo se puede entender que una mujer, liberada de la red, y que por miedo no la denuncia, sea deportada y vuelta a capturar por la misma red? Sociedad occidental, racista, clasista y patriarcal, destino fundamental de redes de trata (de mujeres, y de niñas) porque no hay igualdad ni justicia social. Porque las políticas de prevención y persecución de la violencia de género todavía son claramente insuficientes. Y porque el alto porcentaje de hombres que acude a prostituir tampoco ha recibido, aún, la suficiente educación sexual.


Subido por M.C. Méndez Bejarano

lunes, 26 de septiembre de 2016

El Hombre



GKillCity



¿Es Cynthia Viteri la candidata del mansplaining?

En un país donde aún 6 de cada 10 mujeres sufren violencia, en la que todavía luchamos por ganar lo mismo que los hombres, una candidata mujer debería ser siempre una buena noticia. Por supuesto, cuando el Partido Social Cristiano es el que está detrás de esa candidatura, la noticia no puede ser buena. Han pasado ya varias semanas desde que el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, anunciara que ella “es el hombre” y aún esas palabras no han sido cuestionadas con suficiente fuerza por la prensa, ni —lo que es peor— desacreditadas por la propia Viteri. Ella, a tres meses de la declaración, parece estar contenta con poder ser candidata a la presidencia de la república porque es lo más cercano que hay, entre las mujeres disponibles, a un hombre.

Cuando machitos de cepa como Jaime Nebot hablan con esa condescendencia y arrogancia a mujeres (o sobre las mujeres) siempre pienso en la palabra anglosajona mansplaining. La historiadora Rebecca Solnit introdujo el concepto en su ensayo Men explain things to me, publicado en 2008. Unos años después nacería la palabra, que puede traducirse como explicación-de-hombre. Se refiere, por lo general, a un hombre dándole a una mujer una explicación condescendiente sobre cualquier asunto. Una especie de terreno intelectual superior desde la que nos habla a nosotras, las ignorantes. Pero como explicó Solnit en 2012, en un comentario a su ensayo, es una lucha por un trato igualitario: “la batalla para que las mujeres sean tratadas como seres humanos con derechos a la vida, libertad y a tomar parte en la cultura y la política continúa, y es aún una batalla muy oscura”. Nebot, cuando presentaba a Cynthia Viteri como la candidata ideal para las elecciones presidenciales de 2017, le hacía un mansplaining a las mujeres del Ecuador, y al país entero, una justificación absoluta, de por qué ella se merecía aspirar a reemplazar a Rafael Correa: porque es el hombre. A su lado, Cynthia Viteri hacía lo que muchas: callar ante el patriarca. Aceptar que estaba ahí sentada porque era el hombre. Parece que a Viteri le han hecho un mansplaining sobre por qué es candidata, y ella lo acepta.

Han pasado exactamente tres meses y Cynthia Viteri no despierta de la pesadilla machista en que se ha lanzado su candidatura. No hay en sus discursos una sola palabra de reivindicación femenina que no sea nada más que la retórica binaria entre hombres: “Yo quiero ser fuerte de hierro, valiente, para poder exigir aquí y afuera mis derechos y obligaciones”, dice Viteri en una intervención en la Asamblea. En un post de Facebook, hace casi un año, escribió:  “Mujeres ecuatorianas, no decaigan todas tenemos el derecho de levantar nuestra voz sin miedo a ser calladas por personas que se creen “superiores a nosotros”. Pero en su página de Facebook —que es, hasta ahora, su única página oficial— no hay nada sobre eso de ser el hombre. Ahí Viteri ha guardado un silencio complaciente y, quizá, hasta inconsciente. En sus entrevistas habla de reducir impuestos, de bajar las tarifas de luz, de la tregua tributaria de la que ha hablado el candidato de Alianza País, Lenin Moreno, pero no hay nada sobre su rol como mujer en un país de machistas. Viteri entiende su condición de mujer como una ventaja electoral, no como una oportunidad de reivindicación histórica. Eso queda claro cuando solo tiene palabras para criticar al machismo de sus oponentes, pero no para el que sufre casa adentro. 

Cynthia Viteri no habla desde el feminismo al que está obligada. Obligada porque ejerce una función pública en un país de índices desastrosos para las mujeres, y porque aspira a la posición de mayor poder que existe, desde donde el lenguaje puede crear cambios sustanciales. Si algo no han entendido históricamente los Presidentes que ha tenido el Ecuador (salvo, quizá, Rodrigo Borja) es el grave peso que tienen sus palabras, de cómo nos moldean como sociedad, de cómo perpetúan o frenan tendencias. Lo primero que deberíamos preguntarnos las mujeres jóvenes, de cualquier tendencia política del Ecuador, es si Viteri —o cualquier otra candidata— se considera a sí mismo una feminista o si, por el contrario, prefieren ser una Sarah Jessica Parker de la política ecuatoriana: una mujer que personifica a una mujer liberal, pero que en la vida real, tiene confundidos los conceptos y se desentiende de sus responsabilidades como referente público. Si Cynthia Viteri no responde a esa pregunta, o lo que es peor dice que no lo es, ninguna mujer debería siquiera considerarla como una opción seria.

Tres meses ha tenido Cynthia Viteri para hacer la declaración más importante que podría haber hecho: contradecir al hombre que la quiso definir, condescendiente, como la mejor opción porque es un hombre. Pero Viteri ha callado. “Esta es una lucha que tiene lugar en naciones destruidas por la guerra, pero también en dormitorios, comedores, las aulas, el trabajo y las calles. Y en los periódicos, las revistas y la televisión, donde las mujeres están dramáticamente subrepresentadas” escribió la historiadora Solnit. Esta es una lucha que se pelea, también, en la política. Esta es una lucha que, al parecer, Cynthia Viteri no quiere pelear. No nos engañemos: Viteri no nos representa.

Fuente: http://gkillcity.com/articulos/el-mirador-politico/el-hombre

sábado, 24 de septiembre de 2016

Porteadoras, la espina dorsal de El Tarajal



Píkara


Ni una, ni dos, ni tres. Son miles. Miles de mujeres las que cada madrugada van de Marruecos hasta la Ceuta. Allí, esperan para entrar en el polígono de El Tarajal y se esconden tras bultos que, incluso, superan su propio peso. Fardos que no valen más que su dignidad, pero que mientras doblan sus espaldas, levantan la economía de la frontera Sur de Europa.
Son las tres de la mañana y para Zhora acaba de comenzar el día. Lista para afrontar una nueva jornada sale de su casa sin saber cuándo volverá. Durante el camino hacia la frontera de El Tarajal la única luz que le acompaña es la del tránsito de algún vehículo inesperado. Pero no es la más madrugadora. Cientos, incluso miles a primera vista, de mujeres de todas las edades ya han pasado la línea que separa Marruecos de Ceuta a la espera de que se abran las puertas del paso fronterizo.
Zhora es solo una de las miles de mujeres que de lunes a jueves trabajan como porteadoras. Vienen desde Tetuán hasta Ceuta, principalmente de los municipios de Castillejos, Rincón y Martil. Ella es el sustento de una familia monomarental en Marruecos. Sus dos hijos, ya mayores de edad, no tienen trabajo y Zhora se encuentra con muchas puertas cerradas por ser madre divorciada en su país. “En Marruecos, somos muchas madres las que vivimos solas con nuestros hijos. No tenemos ayudas del rey y estamos mal vistas por no vivir con nuestros maridos. Por eso, tenemos que venir aquí a buscar algo de trabajo. Yo he estado casada dos veces y también tengo nacionalidad española”, cuenta.
El reloj marca las siete en punto de la mañana. La policía nacional de España debería de abrir ya la reja que separa el paso fronterizo exclusivo para las porteadoras pero, sin ninguna explicación y con un ambiente tenso, las mujeres tienen que esperar dos horas. A las nueve, comienzan las primeras avalanchas en una carrera de fondo de porteadoras por conseguir uno de los puestos. Zhora se queda atrás, pero Suein ha salido volando como si no hubiera mañana. Le falta el oxígeno, pero lo recupera poco a poco cuando por fin le dan los bultos marcados, para que el comerciante que le espera al otro lado de la verja la pueda identificar. Con ayuda de otras mujeres, se amarra el primero de unos 70 kilos a su espalda. Cruza una y otra vez la cuerda alrededor de su pecho, pasando por el cuello para que no se mueva, de manera que parece que forma parte de su lomo. Luego, sujeta el otro bulto de 20 kilos con sus manos, en el que se apoya mientras espera en la larga cola para pasar a Marruecos. “Este trabajo es muy duro, pero tenemos que buscarnos la vida como sea. En total, puedo cargar casi 100 kilogramos y todavía no sé lo que me van a pagar, pero lo normal, aunque depende de la hora que salgamos, son 30 ó 20 euros por el grande y 10 por el pequeño”, recuenta Suein.
Imprescindibles ante la falta de aduana comercial
Mujeres como Zhora y como Suein son la espina dorsal de la economía para España y Marruecos. El trabajo de las porteadoras se hace necesario ante la falta de una aduana comercial entre ambos países, debido a la negativa del país africano de reconocer a Ceuta como territorio español y, por ello, la falta de un paso de mercancías; que sin embargo, sí funciona como paso de personas. “La legislación marroquí regula que las personas pueden entrar a su territorio con lo que lleven en su cuerpo. De esta manera, las porteadoras deben cargar con los fardos sobre sus espaldas, pero no pueden utilizar carretillas u otro medios”, afirma la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, APDHA, en su informe sobre la Frontera Sur de 2016. A todo esto se suma una España permisiva que hace la vista gorda ante esta explotación laboral y economía sumergida.
Con la espalda doblada y fardo en mano. Las mujeres van a pie desde las naves de El Tarajal, en territorio español, hasta la salida fronteriza dentro del mismo conocida como el puente del Biutz. Hay dos aberturas controladas por la policía nacional española, una para mujeres y otra para hombres. El paso de ellos no está tan demandado y apenas hay colas; además, están organizados por números, lo que permite un mejor flujo. Sin embargo, la salida para mujeres está abarrotada y el riesgo de avalanchas es mucho mayor.
En mayo de 2009, el pánico cundió en el estrecho paso de El Biutz y dos mujeres murieron aplastadas. Este hecho no es algo puntual, sino que constantemente se acumulan grandes caravanas humanas. El reino alauita en muchas ocasiones cierra la frontera de forma arbitraria, sin poner remedio a una situación intolerable de malos tratos y sobornos. Según, el Seminario Independiente marroquí Al-Ayam, en esta frontera se mueven alrededor de 90 millones de euros anuales a través del soborno a policías.

Tras una parada, en otra de las largas colas, a Zhora le ha tocado su turno. El protocolo siempre es el mismo: se pega el bulto mayor al cuerpo, se apoya inclinada sobre el pequeño y reza mientras espera para poder salir. “Hoy, sí”, dice auto convenciéndose. Zhora lleva más de tres meses haciendo cola en El Tarajal, cruzando los dedos todos los días para pasar la jaula del Biutz con un fardo y poder llevar algo de dinero a un hogar que, como tantos, se encuentra bajo el umbral de la pobreza. No sólo el peso indica el dinero que ganará, sino que cuanto más tiempo pasa, menos vale su bulto, que nunca sabe lo que esconde. No quiere ser pesimista, pero no le queda otra que ser realista: “Estamos tardando tanto porque la aduana marroquí no nos deja salir. Ahora, van abrir los bultos para ver qué hay dentro. Normalmente hay ropa, zapatos, productos de empresas de España para vender en Marruecos. Pero nosotras no podemos salir de aquí aunque estemos cargadas, tenemos que esperar. Hasta que no lleguemos a la frontera no podemos decir que hemos trabajado, porque si llega la hora de cerrar, sobre las doce o la una del mediodía tenemos que soltar la mercancía y salimos sin nada. Otro día, da igual que llueva o haga sol, sin nada”.
Sometidas a abusos
Son tratadas como mujeres ‘mulas’, como invisibles. Los golpes, malos tratos, incluso los abusos sexuales son formas de humillación que soportan por miedo a que tomen represalias contra ellas y les confisquen la carga. “Antes la policía de España era más tranquila, pero ahora pegan a las mujeres. Aunque lo peor es Marruecos porque allí nos tratan como animales y si no hacemos lo que ellos quieren nos quitan la mercancía. ¿Qué hacemos?”, se pregunta Zhora. “No puedo llegar a casa sin nada, pero no puedo dejar que hagan conmigo lo que quieran. Es muy duro, pero es muy duro no poder dar un poco de pan a tus hijos”, balbucea mientras vigila que nadie la escuche.
Estas vulneraciones de derechos provocan intensos daños físicos, sociales, familiares y psicológicos. En Marruecos y en España, ser porteadora es una profesión que avergüenza. Es símbolo de pobreza y de exclusión social. “A mí no me gusta este trabajo, pero tengo que hacerlo con dignidad. Aunque el bulto pese, la cabeza tiene que estar arriba. Mientras que no encuentre otro trabajo, este es el pan de mi familia”, aclara la porteadora monomarental.
“La vida mala”. Éstas son las tres palabras más repetidas en el polígono por las mujeres que tratan de explicar, en un modesto español, cuál es su situación. Como Fatma, que aún espera para coger algún bulto por pequeño sea. “Soy asmática y llevo aquí desde las tres de la madrugada. Hoy ha llovido. La policía [española] me ha tirado al suelo y aunque le he enseñado las medicinas, no me han creído y me han pegado”, dice enseñando su medicamento. Como ella, también está Malika, que carga de manera inexplicable la mercancía en silla de ruedas. O Mariem, una de las más veteranas, que cambia el valor de su fardo por los medicamentos que necesita.
Derechos (in)humanas
Existe una historia por cada porteadora. Un sin fin de razones y un vacío en derechos. El paso de mercancías se ha convertido en una actividad laboral inhumana, pero permitida. La pregunta es si reconocerla y regularla, o no. Por ello, desde Digmun, la Asociación por la Dignidad de Mujeres, Niños y Niñas en Ceuta, reclaman “facilidades para que estas mujeres realicen su trabajo y una vez que se consiga esto, que se acabe con esta forma de explotación laboral”. Desde esta organización recuerdan también que “es el ente político el que debe dar una solución y no las oenegés en un territorio que es España y, por tanto, Europa”. Uno de sus trabajadores, Víctor Fernández, además denuncia la doble vara de medir que separa una de las fronteras más hostiles del mundo: “Para algunas cosas nos interesa tener la valla alta y que no entre nadie, pero cuando hablamos de economía y política, tanto España como Marruecos permiten la entrada de mercancías”.
En una aparente primera vista, el 90 por ciento de estos pesados paquetes son cargados en las espaldas de mujeres. Mujeres con un perfil social empobrecido, viudas o divorciadas, incluso abandonadas, y que tienen el terrible problema del analfabetismo, ya que desde pequeñas sus roles se han centrado en el cuidado de la familia. “Detectamos un grave problema de empoderamiento, porque son obligadas a abandonar desde pequeñas el colegio para dedicarse a las tareas domésticas, por lo que no tienen constancia de sus derechos y la mayoría de los hombres, que son los que reciben educación escolar, no se preocupan de que los sepan”, aclara Paloma Manzano, coordinadora de Digmun.
Cuando el sol ya está arriba es cuando el ambiente empieza a apretar fuerte. Se inicia el cierre de las verjas de El Tarajal y las mujeres, tantos las que esperan para cruzar ya cargadas como las que aún hacen cola para coger algún fardo, tienen que dejarlo todo y salir hacia Ceuta. “Un día más que no paso. Un día más que me voy con las manos vacías. Las mujeres que han pasado a última hora no cobran más de cinco o diez euros por bulto. Esto es una barbaridad. Y ahora, tengo que irme ya rápido porque se hacen colas en la frontera de Ceuta y Marruecos fuera del polígono”, se queja Zhora mientras acelera.
Efectivamente, al poner un pie fuera de El Tarajal, la playa que también lleva este nombre está llena de miles de porteadoras que no se resignan a llegar a casa sin nada, de las trabajadoras domésticas marroquíes que terminaron su jornada en España y de otro centenar de personas transeúntes. Pero la parte más crispada está en el lado de las porteadoras, ya que tendrán que esperar al día siguiente para pasar con el fardo por el Biutz. “La policía española no nos deja pasar. Estamos cargadas, tenemos familias al otro lado y ahora tenemos que pasar aquí la noche. La policía nos pega y nos retiene, nos tratan como animales. ¿Por qué nos cierran la verja si sólo queremos trabajar para vivir con dignidad?”, denuncia enfurecida una mujer en la playa. Sin dignidad, sin derechos, sin humanidad y a la fuerza. Así, trata la policía a las miles de porteadoras que se quedan atrapadas con unos bultos, que se enredan con otros en la playa, lo que provoca incluso ahogamientos.
Pasan las horas y cae la noche. Los enormes paquetes se siguen atropellando y la policía sigue imponiéndose con las porras levantadas al aire. En el momento menos esperado, son golpeadas en los fardos mientras las obligan a ir cada vez más lejos. “Hoy, a pesar de esta situación desesperante y de llevar horas y horas, al menos no hemos tenido que utilizar la violencia contra esta gente, porque otros días no ha habido forma de pararlos y para parar las avalanchas no hemos tenido más remedio que actuar [utilizar la violencia]”, asume uno de los antidisturbios que vigila la zona. En total, puede existir casi un centenar de agentes de seguridad entre policía nacional, guardia civil y antidisturbios.
“Esta forma de comercio es un atentado contra la dignidad humana. Existe una normativa que limita el peso, pero no la hicieron por la salud de las mujeres, sino por la fluidez en los pasillos. Mayor fluidez, mayor paso de bultos y mayor ganancia. Esto en cualquier sitio de España es impensable ¿Por qué se permite en Ceuta y Melilla? Se trata del fruto de la pobreza que genera esta situación en régimen de esclavitud”, señala la coordinadora de Digmun.
Un nuevo paso fronterizo, en proyecto
El último informe de la Cámara de Comercio Americana de Casablanca señala que 45.000 personas viven directamente del comercio atípico, de las que el 75 por ciento son mujeres, e indirectamente otras 400.000 personas. Por otro lado, el 46 por ciento de las importaciones de Ceuta se convierten en exportaciones a Marruecos, lo que equivaldría a más de 400 millones de euros anuales. Sin embargo, el Gobierno ceutí pretende perfeccionar el comercio atípico con la apertura de El Tarajal II, un nuevo espacio donde las violaciones de los derechos de las porteadoras estuviesen aún más invisibilizadas, al alejarlas de la mirada de los turistas y demás agentes sociales que cruzan la frontera.
Día tras día, vuelven a abrir la frontera y la vulneración de los derechos humanos se ha convertido en una rutina, en algo que a pocas importa porque ni ellas mismas pueden denunciar. Trabajan donde nadie quiere hacerlo. Sin su espalda agachada la economía ceutí, española, europea y marroquí tendría un déficit considerable. Otras vienen a realizar el trabajo de cuidados. Otras son trabajadoras del sexo. Pero todas tienen algo en común: ninguna tiene derecho al trabajo ni a la Seguridad Social.
Ellas no lo saben, no son reconocidas, pero son las heroínas a pesar de desarrollar una actividad en condiciones indignas, su voluntad y fuerza les otorga la dignidad humana que el sistema heteropatriarcal trata de arrebatarle en las fronteras.
Fuente: http://www.pikaramagazine.com/2016/09/porteadoras-la-espina-dorsal-de-el-tarajal/

La dama del romanticismo, Madame de Staël (1766-1817)


Madame de Staël fue una mujer apasionada, valiente y dispuesta a escoger su propio destino. Hija del famoso ministro de finanzas francés, Jacques Necker, por quien sintió siempre una obsesiva admiración, Germaine creció en un ambiente intelectual y político que forjó una personalidad única. Autora de varias novelas que la convirtieron en todo un referente del romanticismo y ensayos políticos, Madame de Staël se codeó con nombres propios de la cultura europea como Goethe o Lord Byron, se comprometió con la Revolución Francesa y llegó a enfrentarse abiertamente con el todopoderoso Napoleón Bonaparte quien consiguió expulsarla de Francia pero no acallar su voz. Con una vida sentimental ajetreada, Madame de Staël fue dueña de su destino convirtiéndose en una mujer excepcional en su tiempo. 

Anne-Louise Germaine Necker nació el 22 de abril de 1766 en París. Sus padres eran Jacques Necker, ministro de finanzas de Luis XVI y Suzanne Curchord, una dama de origen suizo que organizaba el salón más concurrido durante la época de la Ilustración. Fue Madame Necker quien no sólo se encargó de la educación de su hija, sino que la llevaba a su propio salón literario donde sus invitados se deleitaban con aquella niña que desde bien pequeña demostró unas dotes intelectuales excepcionales. En 1784 la familia Necker, tras la caída del ministro, se trasladó a vivir a su propiedad suiza, el castillo de Coppet aunque un año después pudieron regresar a Francia.

Germaine junto a un
busto de su padre
El 14 de enero de 1786, en la capilla de la embajada sueca en París, tenía lugar el enlace entre Germaine Necker y Erik Magnus Staël von Holstein. La elección había sido meticulosamente estudiada por sus padres y ella lo aceptó como una buena hija. Mientras el barón de Staël, de treinta y siete años y embajador de Suecia, ofrecía al matrimonio prestigio social, Germaine, con veinte años y con una fortuna a sus espaldas, daba estabilidad económica. Un año después nacía su primera hija, bautizada como Gustavine, quien falleció dos años después. 

En aquel tiempo, Germaine empezó a escribir sus primeras obras, entre ellas, un drama romántico en tres actos titulado Sophie y una tragedia en cinco actos conocida como Jeanne Grey. Las dos obras se publicaron en 1790, el mismo año en el que nacía su segundo hijo, Auguste Louise. 

Dos años antes, a las puertas de la Revolución Francesa, Madame de Staël publicaba un ensayo sobre la personalidad política de Rousseau. Después de la Toma de la Bastilla, permaneció en París y se implicó en la revolución, abriendo un salón en la Rue du Bac que se convertiría en punto de encuentro de personalidades como Talleyrand. Sin embargo, el recrudecimiento de las posiciones y la llegada de la época del Terror, obligaron a los Staël a refugiarse en Coppet donde Germaine trasladó su salón literario y acogió a otros exiliados. 

En 1792 nacía Albert y cinco años después Albertine. Fue entonces, en 1797, cuando Germaine se separó formalmente de su marido, quien podría no haber sido el padre de alguno de sus hijos, pues ya en aquella época, Madame de Staël hacía una vida independiente y mantuvo algún que otro romance. 


Madame de Staël, retratada por la pintora Elizabeth Vigée Lebrun

Después de permanecer en Coppet, viajó a Inglaterra y regresó a París tras la caída de Robespierre. Unos años en los que continuó escribiendo. Con la subida al poder de Napoleón Bonaparte, una figura con la que no estuvo nunca de acuerdo, empezarían los problemas para Germaine quien no dudó de exponer abierta y públicamente sus opiniones acerca del papel del Corso en Francia y posteriormente en Europa. Tal fue el enfrentamiento entre estas dos fuertes personalidades, que Napoleón decretó en varias ocasiones su expulsión de París y de Francia.




En 1802 publicó su novela Delphine, enmarcada dentro del movimiento literario del romanticismo, en la que defendía la libertad de escoger a las personas amadas por encima de cualquier prejuicio y convencionalismo social. Algo que ella predicaba con el ejemplo, pues por aquel entonces mantenía una vida sentimental marcada por su propia voluntad y la libertad de movimientos. Poco tiempo después volvía a hacer las maletas y viajaba a Alemania, donde entró en contacto con grandes figuras literarias como August Wilhelm Schlegel. Tras regresar temporalmente a Coppet a la cabecera de su padre moribundo, marchó rumbo a Italia acompañada de Schlegel y Simonde de Sismondi, un escritor suizo. Un viaje que le dio la inspiración necesaria para escribir su obra más famosa, Corinne. De vuelta en Coppet, en 1808 escribió otra de sus obras cumbre, De l'Allemagne

El resto de su vida, Madame de Staël no dejó de viajar por media Europa, recorriendo Rusia, Finlandia, Suecia, Inglaterra o Italia, mientras observaba la caída del Emperador Napoleón. 

En el invierno de 1816, regresaba por última vez a París. Allí reabría su famoso salón que volvió a llenarse de políticos e intelectuales. Un tiempo que fue breve, pues el 14 de julio de 1817 fallecía en su hogar parisino.

 Si quieres leer sobre ella 


Madame de Staël, la baronesa de la libertad
Xavier Roca-Ferrer






La pasión de ser mujer
Eugenia Tusquets y Susana Frouchtmann






Retratos de mujeres
Charles Agustin Sainte-Beuve