RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

lunes, 31 de octubre de 2016

Justicia frente a la barbarie de los asesinatos machistas

Feminicidios & Violencias Machistas
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Movimiento Democrático de Mujeres
Rebelión

Otro asesinato machista que no acabará contabilizado en las estadísticas oficiales al no haber una relación intima entre víctima y asesino. Según las estadísticas oficiales ya van 35 casos y 4 posibles más de asesinatos machistas en España en lo que llevamos de año. Según los datos de www.feminicidios.net que contabiliza el asesinato no por su relación si no por el hecho de ser mujer ya van 86 asesinadas en España en el 2016.

Otro asesinato despiadado y atroz acaba con la vida de una joven de 15 años. Se llamaba Vanessa Ferrer y vivía en Chelle, Valencia. Ella es la víctima 86 según fuentes como feminicidio.net, pero no será considerada víctima de violencia de género porque no había relación sentimental entre el asesino y Vanessa. ¿Acaso alguien puede dudar de que la mataron por ser mujer, con violencia y con saña? Demasiadas sinrazones asolan las cifras de mujeres asesinadas a manos de un hombre, tengan relación con las mujeres asesinadas (parejas, ex parejas, vecinos, amigos,…) o no. Demasiados silencios prolongan el sufrimiento de las mujeres que padecen violencias y de sus menores y familias porque no sienten el respaldo de un Estado que no vuelca su acción política en buscar soluciones, en querer que las mujeres tengan una vida digna de ser vivida.

Este terrorismo machista incrementa las estadísticas, los números sin que se haga lo necesario o suficiente para abolir de raíz la violencia contra las mujeres. Claro está que la violencia que sufren las mujeres es un asunto de construcción de una sociedad, de un sistema que se cimenta en la más radical desigualdad entre géneros. Porque si queremos saber qué violencias desgarran las vidas de miles, de millones de mujeres tenemos que atender a las facetas de la vida de las mujeres donde la dignidad ni está ni se le espera. Las condiciones laborales, salariales, el sistema de bienestar, los Servicios Sociales, la Sanidad, la Educación, la vivienda han sido despojados de su universalidad, es decir, ya no son ese paraguas protector, impermeable ante las desigualdades e injusticias que sufre una parte de la sociedad.

Esos servicios públicos y universales han pasado a engrosar los beneficios de empresas carroñeras; han sido lapidados y degradados por sucesivos recortes de los gobiernos del PP; han sufrido la merma de su calidad en aras a la construcción de un nuevo modelo de sociedad más insolidario, más desigual en el que prima el“sálvese quien pueda”. Ante esta deriva neoliberal, patriarcal, que nos aboca a un futuro de muerte, violencia e injusticias, debemos movilizarnos y rearmarnos de solidaridad, acción política y reivindicación en las calles, para exigir con contundencia la reversión de los recortes, la creación de condiciones objetivas dignas para las mujeres en donde la violencia sea erradicada y los asesinatos desaparezcan.

La sordera de nuestros gobernantes silencia a los terroristas machistas; da impunidad a los asesinos y muestra indiferencia con las mujeres asesinadas, pero no lo vamos a consentir. La vergüenza y rabia que sentimos la hemos de transformar en acción social, en movilización en la calle para que nos escuchen en el Congreso, en los Ayuntamientos y Diputaciones y en los Parlamentos autonómicos, para que nuestros representantes políticos se pongan a trabajar codo a codo con el movimiento feminista y alcancemos acuerdos para situar la vida de las mujeres en el centro del debate político a fin de erradicar los asesinatos, para acabar con la desigualdad que nos asola.

Fuente: https://movimientodemocraticodemujeres.wordpress.com/ mdmujeres@gmail.com

sábado, 29 de octubre de 2016

DÍA MUNDIAL POR EL DECRECIMIENTO 2016: EL DEBATE RECURRENTE

El 29 de octubre se celebra el Día Mundial por el Decrecimiento. Una fecha que recuerda el  crac de 1929 como ejemplo de que el capitalismo y el consumismo solo llevan al agotamiento del planeta y son, a todas luces, insostenibles. Un toque de atención anual que nos lleva a reconocer los problemas, pero no a afrontarlos, por miedo y desgana a partes iguales. 

AFRONTAR LA REALIDAD

Casi un siglo después de La Gran Depresión, seguimos debatiendo si el sistema financiero es el adecuado. La solución del capitalismo en aquel entonces, igual que con la crisis de las hipotecas subprime que todavía sufrimos, fue recuperar el sistema y volver a la misma dinámica hasta el siguiente colapso. El problema se lo mandamos al que venga después, como cuando se acaba el papel higiénico y no cambiamos el rollo.
Día Mundial por el Decrecimiento
El sistema financiero actual cree en un crecimiento ilimitado solo basado en las cifras.
En 2016, nos seguimos planteando si el consumismo exacerbado que sirve de motor al sistema económico es perjudicial o no, si estamos destruyendo el planeta por su culpa, si deberíamos modificar nuestros hábitos y, lo más, cuándo saldrá el próximo smartphone y podremos usar su extraordinaria potencia para enviar los mismos mensajes y jugar a juegos de juntar tres símbolos iguales (que parece que es lo que realmente preocupa a los ciudadanos).
¿No deberíamos dejar de plantearnos lo mismo cada año y actuar de una vez? El decrecimiento no supone retroceder, sino avanzar más coherentemente. Pensemos en un ejemplo práctico para entender lo que supone. Hagamos un análisis del entretenimiento que tenemos en casa. Quien más y quien menos tiene un par de ordenadores, una consola de sobremesa y otra portátil, tablet, smartphone, televisión con decenas de canales y un catálogo de cientos de películas… Y eso solo mencionando el entretenimiento electrónico.
Día Mundial por el Decrecimiento
El mercado nos llena de ofertas para que compremos, independientemente de nuestras necesidades.
¿Cuántas veces uno tiene un rato libre y se lo pasa pensando qué ver, a qué jugar o qué dispositivo utilizar? Al final, tener más opciones termina siendo contraproducente y no podemos disfrutar de ninguna de ellas. En cambio, si solo tuviésemos un dispositivo con juegos, como una videoconsola, o unas decenas de películas donde elegir, podríamos disfrutarla de una manera más plena. Es el viejo refrán de “quien mucho abarca poco aprieta”.

CONSUMIR DE FORMA COHERENTE

El capitalismo se basa en abarcar mucho para que el mercado tenga movimiento. No que tengamos en casa varios dispositivos, el mercado necesita que compremos el siguiente, aunque realmente no nos haga falta ni lo vayamos a disfrutar. Al final nos encontramos con una gran cantidad de objetos que apenas usamos, ni mucho menos amortizamos. El sistema nos hace disfrutar con la simple adquisición y acumulación de productos.
El decrecimiento propone que seamos más coherentes en nuestra vida diaria. Que no compremos aquellos objetos que no necesitamos, ni los alimentos que no vayamos a poder comer antes de que se pongan malos ni aquella ropa que solo adquiramos por simple moda o afán acumulativo, que no vamos a utilizar. ¿Cuántas cosas que tenemos ahora mismo en nuestro hogar encajan en esas categorías? El decrecimiento nos anima a pensarlo dos veces antes de adquirirlos y así no acumular bienes de forma ilógica e incoherente.
La misma filosofía se puede aplicar al consumo de energía o electricidad, al uso del vehículo privado, al agotamiento de los recursos, al mantenimiento de los ecosistemas, a la contaminación, etc. Si nos ponemos como base el respeto al planeta, a la naturaleza y a los seres vivos, entenderemos rápidamente qué cosas podemos hacer en nuestro día a día para seguir este planteamiento, que solo busca que no destruyamos la Tierra, que es la casa de todos, y podamos vivir de forma sostenible.


“La prostitución no afecta solo a las prostituidas, sino a todas las mujeres”


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Feminismo & prostitución

TribunaFeminista

La Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres ha organizado, por segundo año consecutivo, una Jornada Internacional en Madrid sobre Prostitución y Trata. La novedad de este año es que las mesas de expertos han estado ocupadas, únicamente, por hombres. Los ponentes han hablado sobre el papel de los hombres en la erradicación de la prostitución.

La Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres celebraba el jueves pasado la Jornada Internacional sobre Prostitución y Trata de Mujeres en el Ayuntamiento de Madrid. Se trata de la segunda jornada consecutiva que organiza la Comisión alrededor de este tema. Asunción Miura, representante de la Coalición Internacional contra la trata de Mujeres en España (CATW), Rosario Carracedo, representante de la Plataforma de organizaciones de mujeres por la abolición de la prostitución, y Susana Martínez, Presidenta de la Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres, han sido las encargadas de presentar el acto. Susana Martínez, presidenta de la Comisión, ha agradecido la colaboración a las organizaciones participantes y al Ayuntamiento, lugar en el que se han celebrado estas segundas Jornadas. “Nuestras jornadas, desde los años 90, han tratado la materia desde diferentes perspectivas: tráfico internacional, tratamiento informativo, anuncios… Ahora queremos saber cuál es la responsabilidad de la demanda”, comenta. “Queremos complementar la jornada del año pasado y conseguir un punto de vista más novedoso mediante la implicación de los hombres en la erradicación.

Que sean ellos los que aportan y cuestionen los comportamientos de otros hombres que entienden las relaciones sexuales entre mujeres y hombres de forma dominante”, defiende la presidenta de la Comisión. Martínez ha añadido el efecto que esto tiene en la juventud: “Hay que cambiar el imaginario social”. “Esta Jornada gira en torno a los hombres porque las abolicionistas pensamos que la prostitución y la trata existen porque hay hombres que pagan por ello”, comienza Miura, explicando el porqué de una jornada con solo expertos. “Cada vez hay más hombres en desacuerdo con la prostitución, dispuestos a seguir luchando por una sociedad libre de violencia hacia las mujeres, entre las que se incluyen la trata y la prostitución”, asegura. Miura ha resaltado que “con la violencia, es imposible la igualdad”.

Necesidad de avances 

España es uno de los países con más demanda, con más prostituidores. Por ello, el posicionamiento de los poderes públicos es fundamental. “Los partidos políticos tienen que considerar intolerable esta práctica y tienen que incluir en sus programas medidas reales y efectivas para acabar con esta lacra”, propone la representante de CAWT. Rosario Carracedo ha resaltado la importancia de que exista un debate en torno a esta temática. “En 22 años, hemos avanzado conceptualmente. El tema ha formado parte del debate del movimiento feminista, de la doctrina académica… Hemos avanzado y presionado a que los partidos políticos hayan tenido que introducir en su agenda alguna mención, aunque tibia”, reflexiona Carracedo. En el año 1995, el proxenetismo fue despenalizado y, desde entonces, ha habido un total de 30 modificaciones legislativas en el Código Penal. “En 2003 conseguimos que se volviera a incluir la penalización de nuevo.

El Tribunal Supremo lo derogó. En 2015 parecía que lo conseguíamos, pero volvieron a parar la reforma”, cuenta Carracedo. Mientras esto sucede en España, en Europa sí que se ven avances. Francia es un país pro-abolición y ha desarrollado políticas públicas compatibles con la igualdad. Por otro lado, en 2016, el Parlamento Europeo reflejó que la prostitución, el consumo sexual de mujeres por un precio, constituía una práctica de desigualdad. Richard Poulin es uno de los hombres que la Comisión ha seleccionado para estas jornadas. Poulin es Profesor Emérito del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Ottawa y profesor asociado del Instituto de Investigaciones y Estudios Feministas de la Universidad de Quebec. También es autor, entre otros, del libro Sexo, capitalismo y crítica del valor. Su ponencia se ha basado en estos pilares que considera inseparables.

Relaciones construidas en desigualdad
“Una de las primeras preguntas que hay que hacerse es cuál es la ventaja para un hombre cuando paga por tener sexo. Lo único que existe es el placer de saber que es más humano que la persona a la que está pagando, porque al pagar por ella la estás convirtiendo en un objeto”, explica Poulin, comparándolo con el racismo, donde hay un sentimiento de superioridad. Es en el “creerse superior” donde se encuentra su felicidad. “La prostitución tiene una relación directa con la violencia sexual, porque mediante el pago se asume un ‘consentimiento’ y conviertes a una persona en prostituida”, refleja Poulin. En España, un 40 por ciento de hombres pagan por tener sexo. Esto fomenta la creación de relaciones en desigualdad, en una sociedad violenta desde el punto de vista sexual.
“La prostitución no es un acto individual, no es una elección ni una relación de compra-venta en igualdad. Los hombres compran sexo para sentirse superiores y esto no afecta solo a las prostituidas, sino a todas las mujeres. Desconocemos que es una relación social de desigualdad entre sexos”, comenta Poulin.

En las últimas décadas, hemos asistido a un crecimiento de la prostitución, de la trata de mujeres con fines de explotación sexual, del turismo sexual y de la pornografía. “Estamos fomentando la aparición de violadores cada vez más jóvenes, insensibles ante la violencia sexual por el consumo de la pornografía. Su imaginario sexual se construye a través de esas imágenes que cada vez consumen más pronto. El único placer importante en la pornografía es el masculino”, denuncia Poulin. Actualmente, los niños comienzan a consumir pornografía hacia los 12 años y las niñas alrededor de los 13.

Regular la prostitución es banalizarla “La banalización de la prostitución se origina en los estados en los que se regula. Desde ese momento, el Estado avala esas relaciones sociales desiguales y, además, vemos cómo crece la prostitución”, plasma Poulin. El porcentaje de prostituidores en los países donde se ha legalizado, como Países Bajos (60), Alemania (66), Camboya (65) o Tailandia (95), es mucho mayor que en otros donde no es legal como Canadá (11,1), Suecia (13), Francia (12,5), Noruega (13) o Estados Unidos (16).
Con la legalización, hay una expansión de la prostitución, por lo que se recurre a mujeres extranjeras para satisfacer la demanda que crea el turismo sexual, ya que hay un mayor número de prostituidores locales y extranjeros.

Con la legalización, hay una expansión de la prostitución, por lo que se recurre a mujeres extranjeras para satisfacer la demanda que crea el turismo sexual, ya que hay un mayor número de prostituidores locales y extranjeros. “La trata de mujeres hace que los precios bajen y se fomenta el turismo sexual. Son las políticas del neoliberalismo”, denuncia Poulin, que incluye la perspectiva económica. “No se pueden separar los distintos niveles de análisis”, justifica.

Ideología neoliberal

Los estados con políticas neoliberales han fomentado la desregulación y el fin del Estado del Bienestar. “La ideología imperante es que cada uno es responsable de su suerte. Si has fracasado no es culpa del estado o del sistema, sino tuya, por eso nos encontramos ahora tantos manuales de psicología para tener ‘éxito’ en la vida”, comenta el Profesor. Siguiendo esa línea, Poulin denuncia que a estas mujeres se les inculca la idea de que son culpables y que si están en el mundo de la prostitución es porque quieren. “Estas mujeres no son vistas como víctimas, sino como responsables”, destaca. Y añade: “Además, no tenemos que intervenir en contra de su prostituidor, porque los proxenetas son considerados empresarios o protectores”.

Todo lo que puede hacer el Estado, si considera a las mujeres responsables de su prostitución, es tener una legislación a la que puedan recurrir como cualquier otra persona trabajadora. El Estado permite así que las mujeres evolucionen en ese medio en condiciones que dicen aceptables. “El Estado presenta dos caminos: la creación de burdeles y zonas de tolerancia; y la penalización a quienes no lo hacen legalmente. En ambos casos, quienes pierden son las prostitutas. Si optan por el primer camino, sus ingresos se verán ampliamente reducidos en favor del burdel. Si no lo hacen, serán criminalizadas por el propio Estado”, denuncia Poulin.

La educación como solución principal

“Para luchar con eficacia contra eso, se debe permitir por ley que las mujeres puedan estudiar. Muchas mujeres han dejado su hogar jóvenes, sin estudios, y se han visto sin alternativa a la hora de encontrar un trabajo. Sin otra opción, solo pueden practicar la prostitución para sobrevivir. Es una perpetuación sin fin”, refleja. Asimismo, el Profesor asegura que –además de la legislación- se debe educar al alumnado de los centros educativos para que se impida la captación, pero también para evitar que los niños se conviertan en futuros prostituidores. “Sin clases de educación sexual, el discurso pornográfico es el que enseña a la juventud. Tenemos un problema si ese es el aprendizaje. Si el porno es lo que construye su imaginario, la violencia sexual será considerada como algo común y banal”, reflexiona Poulin.

Para finalizar la ponencia, Richard Poulin ha asegurado que la industria del sexo se debe analizar como un todo, que aúna prostitución, trata de mujeres, turismo sexual y la industria pornográfica, que sirve como propaganda para todo lo demás. “La igualdad se conseguirá cuando no haya relaciones mercantiles”, culmina.

Fuente: http://tribunafeminista.org/2016/10/la-prostitucion-no-afecta-solo-a-las-prostituidas-sino-a-todas-las-mujeres/ 

viernes, 28 de octubre de 2016

“Los derechos sexuales, como derechos humanos, son indivisibles”

Derechos sexuales & Derechos humanos
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En Puerto Rico existen solo siete clínicas de aborto. En el 2006 se descubrió que en el presupuesto de la isla se destina solo un centavo de cada dólar para el desarrollo de las mujeres

La activista de derechos humanos y candidata al Senado por el Partido del Pueblo Trabajador (PPT), Amárilis Pagán Jiménez señaló durante el Foro sobre Derechos Sexuales celebrado en la Universidad de Puerto Rico que los “derechos sexuales y reproductivos, como parte de los derechos humanos, son indivisibles e inseparables del resto de los derechos humanos”.

Pagán indicó, como ejemplos de la indivisibilidad de los derechos, que “una mujer que vive en pobreza no va a tener acceso a una terminación de embarazo; una persona trans que no es reconocida por el Estado como mujer, no va a tener acceso ni a los tratamientos hormonales ni al reconocimiento de su identidad de género y eso es una violación de sus derechos sexuales y reproductivos”. “El reto principal cuando hablamos de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres es mirar a las mujeres en todas sus diversidades; saber que hay mujeres de las que no vamos a escuchar sus voces porque no hay forma de que lleguen a nosotras si no abrimos unas brechas económicas y educativos que les den el acceso que no tienen al día de hoy”, dijo la candidata a senadora por el PPT ante el grupo de estudiantes de derecho y otras disciplinas que estuvo presente en el Centro de Estudiantes de la UPR. Uno de los aspectos que limita el pleno disfrute de los derechos sexuales se encuentra en la gran influencia que ha logrado el sector religioso fundamentalista en la Legislatura.

Pagán recordó que en la isla, la apertura de los trabajos legislativos se inicia con una invocación religiosa “en clara violación de la separación entre la iglesia y el estado”. Las mujeres, para hacer valer sus derechos sexuales y reproductivos, enfrentan varios desafíos, entre ellos la poca accesibilidad a clínicas de aborto o lo costoso de los procesos de terminación de embarazos, lo inaccesible que son los métodos de planificación familiar y la escasa educación sobre temas de sexualidad. “En Puerto Rico solo hay aproximadamente siete clínicas de aborto, casi todas en la zona metro, una en Aguadilla. La planificación familiar no es accesible.

La educación sexual, que es un tema de política pública, se estructuró durante muchos años sobre la promoción de la abstinencia, sin importar lo que ocurra luego con los embarazos no deseados”, dijo Pagán a los estudiantes. Entre las propuestas de trabajo que detalló la candidata como prioridades en el Senado se encuentran eliminar el aborto como delito del Código Penal y retomar una práctica que se inició en el 2006 de evaluar el presupuesto del país desde una perspectiva de derechos humanos. “En el 2006 se descubrió que en Puerto Rico se gasta un centavo de cada dólar en los derechos y desarrollo de las mujeres. Si eso no cambia, no hay desarrollo económico, no hay derechos sexuales y reproductivos, no hay equidad y por lo tanto seguiremos siendo vulnerables ante la violencia y seguiremos siendo las más pobres dentro de las pobres”, concluyó Pagán.


AMÁRILIS PAGÁN JIMÉNEZ. La aspirante al Senado, es abogada y se ha destacado por mantenerse militante a favor de las causas sociales, especialmente los derechos humanos, las luchas de las mujeres y comunidades LGBTTIQ, el acceso a formas dignas de trabajo, el desarrollo de microempresarias y la lucha contra la pobreza. Es graduada de Derecho de la Universidad de Puerto Rico y está certificada como Administradora de Incubadora de Empresas por la National Business Incubator Association.

jueves, 27 de octubre de 2016

Latinoamérica, tierra de feminicidas

Feminismo & Feminicidios
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Rebelión

La violencia sobre las mujeres como fenómeno de plagas en latinoamerica.

La violencia emocional y física que vivimos las mujeres es el pan nuestro de todos los días en Latinoamérica. Todos los días nos acosan, nos insultan, nos golpean, sufrimos violaciones sexuales, nos torturan, nos desmiembran y nos dejan tiradas en cunetas y campos baldíos, como desperdicios en bolsas de basura. Nos desaparecen en fosas clandestinas. Todos los días las mujeres latinoamericanas enfrentamos el miedo y tenemos que vencerlo para salir de nuestras casas e ir a estudiar y trabajar. Pensar que está latente que ése sea el último día que veamos a nuestra familia, porque algo nos puede suceder en el camino. Niñas y adolescentes están en peligro constante debido a la vulnerabilidad de la edad y, a la amenaza que representa una sociedad enferma de patriarcado e insensible ante la violencia de género.
¿En qué momento nos convertimos en ésta porquería de población? ¿En qué momento nos deshumanizamos así? ¿Cómo llegamos a sobrepasar los límites del respeto y hemos ahondado las raíces del patriarcado y la misoginia que nos exterminan a pasos agigantados?

Los feminicidios son algo muy apartado de la violencia común. Son en específico misóginos y llevan intrínseco el odio hacia el género femenino. Muy de la mano van los transmicidios que llevan su fuerte dosis de homofobia, transfobia y lesbofobia agregada al odio hacia el género femenino; es alarmante la cantidad de asesinatos de personas transexuales que se dan en el continente y que al igual que los feminicidios quedan en absoluta impunidad. Y es que si nos va como nos va, a las mujeres transexuales la violencia del patriarcado y el machismo las invisibiliza aún más y en esa exclusión los abusos se multiplican, ajenos a nuestra insensibilidad como sociedad: podrida, patriarcal, misógina, fanática, carente de toda moral e inhumana.

Cada vez que nos enteramos de la desaparición de una niña lo que decimos es que tenía corta edad pero que se comportaba como una mujer vivida. Y con esto le restamos importancia a su desaparición. Si es adolescente o mujer, lo primero que decimos es que de seguro se fue a coger con el novio o el amante. Que de seguro era de cascos ligeros y que se fue huida con algún enamorado escondido que tenía. Que se fue por puta. Y todo el ataque es hacia su sexualidad, que dicho sea de paso tiene todo el derecho de disfrutar con libertad y no ser juzgada por eso. Si esa desaparición de por sí trágica, se convierte en la noticia de un feminicidio, entonces decimos que se lo tenía merecido por puta. -¿Desde cuándo ser puta es un delito? Todas las mujeres lo somos. Y vivir la sexualidad en plena libertad no es razón para ningún tipo de señalamiento y abuso, mucho menos para una violación y feminicidio.

Pero, ¿cómo llegamos a este nivel de violencia hacia la mujer?¿Dónde comienza? Desde el momento del nacimiento y cuando quien recibe a la criatura dice: “es una niña”. Y equivocadamente continuamos con los patrones patriarcales de los roles por género, y seguimos con las normas machistas y misóginas que rigen nuestra sociedad. Un papel primordial juega la iglesia en la violencia de género, la propaga, la apoya y la acredita.

La enorme irresponsabilidad de los medios de comunicación sensacionalistas que ayudan a propagar el machismo, la misoginia y el patriarcado. La pregunta es, ¿cuándo vamos a comenzar a cambiar los patrones y a erradicar el patriarcado y la cultura de la violencia de género? ¿Cuándo vamos a dejar de propagar y secundar el acoso callejero, la violencia emocional y física? ¿Los abusos sexuales y los feminicidios? ¿Cuándo vamos a dejar de castigar, señalar y desvalorizar a una mujer por vivir su sexualidad en plena libertad y con todo el derecho que tiene como ser humano?

¿Cuándo vamos a entender que cuando una mujer dice no es no y que no hay derecho a abusarla por eso?

¿Cuándo vamos a entender que una persona tiene derecho a elegir cómo vivir y no por eso tenemos el derecho a denigrarla, abusarla y asesinarla? Peor aún, solapar ese abuso amparados en religiones, patrones inhumanos y la doble moral.

¿En qué momento las mujeres vamos a dejar de atacarnos unas a otras, unas por santas y las otras por putas beneficiando con esto al patriarcado que nos oprime? ¿En qué momento vamos a dejar de ser esta porquería que infesta a Latinoamérica y nos vamos a convertir en seres humanos que se respetan unos a otros en la hermosa diversidad? ¿En qué momento hombres y mujeres vamos a dejar de ser machistas, misóginos y patriarcales? ¿En qué momento vamos a dejar de orar y dejarle todo a Dios y a exigir justicia por los abusos sexuales y feminicidios que se engavetan en absoluta impunidad?

¿Cuándo será el día en que nos liberemos del patriarcado y seamos por fin una sociedad que respeta las diferencias de género y de toda índole y que se acepte diversa? No esperemos a que la violencia, la tragedia y el dolor, nos toquen de cerca y se queden a habitar en nuestras vidas para siempre, empecemos hoy: erradiquemos la cultura de la violencia de género. 


Fuente: Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/10/08/latinoamerica-tierra-de-feminicidas/

miércoles, 26 de octubre de 2016

Lina Gálvez: “Lo que está desvalorizado no es el trabajo de cuidados, sino ser mujer”

Por Meritxel Rigol

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Gálvez participó en el Encuentro Internacional de Municipalismo y Economía Solidaria, celebrada en Barcelona UPO
Analizamos con la Catedrática de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y miembro del Consejo Científico de ATTAC-España los principales retos y obstáculos de la economía feminista
“Si algo no es el homo economicus, que vela siempre por su propio interés, es una mujer. Quien históricamente ha tenido las responsabilidades del cuidado no entra en el patrón de la teoría económica clásica”. Es la perspectiva y toque de atención que Lina Gálvez, Catedrática de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y miembro del Consejo Científico de ATTAC-España, lanzaba a las tejedoras de las “otras economías” durante la encuentro Internacional de Municipalismo y Economía Solidaria, celebrada en Barcelona, como prólogo de la Feria de Economía Solidaria de Cataluña del pasado fin de semana.
“El homo economicus, que se supone independiente en la teoría económica clásica, no es más que un hombre que una mujer parió y crió”, comenta, para poner en cuestión la perspectiva económica que obvia el trabajo doméstico y de cuidados que diariamente tiene lugar en los hogares; el trabajo que la economía feminista reivindica como el imprescindible para sostener la vida y, al mismo tiempo, la economía considerada real.
Romper con las desigualdades del patriarcado propias de la economía convencional implica incorporar la conciencia feminista en las prácticas económicas, condición sin la cual, a juicio de Gálvez, las alternativas al capitalismo, como la economía solidaria, no pueden considerarse economías transformadoras .
Poner las personas en el centro de la economía es una premisa base que comparten la economía feminista y la economía solidaria. ¿Cómo se relacionan?
“Incorporar la perspectiva feminista es un aprendizaje a hacer para ser realmente economía solidaria”
Las dos tienen muchas vinculaciones, como la idea de que el bienestar de las personas y la vida deben ser el centro de la economía, en lugar del crecimiento del PIB, en lugar del dinero. También comparten la crítica al homo economicus de la teoría económica convencional, según la cual somos personas siempre racionales e independientes, movidas por algo tan repugnante como la codicia, cuando, en realidad, somos personas interdependientes y racionales, pero también emocionales, movidas por motivaciones diversas, entre las cuales, la solidaridad y la justicia. Pero si en la economía social y solidaria no se replantean las relaciones de poder patriarcales que existen en la sociedad y no se replantea la importancia del trabajo de cuidados, no tendrá ninguna fuerza transformadora para hacer añicos el patriarcado. Será exactamente igual que la economía convencional. Incorporar la perspectiva feminista es un aprendizaje a hacer para ser realmente economía solidaria.
Encontramos una economía solidaria feminizada, pero no feminista?
Que esté feminizada tiene que ver con la socialización de género diferenciada. A los hombres, desde pequeños, se les ha educado más en un modelo homo economicus, se les ha educado más hacia la competencia, incluso hacia el egoísmo. En las mujeres, se nos inculcan valores más solidarios, más vinculados con el cuidado.
“Sin tener en cuenta diferencias de poder y de disponibilidad de tiempo entre hombres y mujeres, las iniciativas de economía social y solidaria no tienen ninguna capacidad transformadora”
Sí es cierto que el hecho de que las cooperativas haya principios de solidaridad e igualdad, menos diferencias salariales y formas de organización más horizontales, hace que a las mujeres les vaya mejor en el ámbito cooperativo. Ahora bien, en la cúpula de las organizaciones vinculadas a la economía social y solidaria seguimos encontrando mayoritariamente hombres y prácticas masculinas. Sin tener en cuenta diferencias de poder y de disponibilidad de tiempo entre hombres y mujeres, las iniciativas de economía social y solidaria no tienen ninguna capacidad transformadora.
También podemos ver machismo en reuniones y asambleas, en que la autoridad se suele dar de manera más natural a los hombres. Existe la sensación generalizada de que las mujeres hablamos más cuando, al cronometrar intervenciones en reuniones o asambleas, son mucho más cortas que las de los hombres. Es como si estuviéramos ocupando un espacio que no nos pertenece.
La economía solidaria no escapa de reproducir desigualdades de género que encontramos cristalizadas en el mercado de trabajo de la economía convencional / capitalista, entonces?
La economía social y solidaria no se mueve en solitario. Sido insertadas en una economía de mercado y no puede sustraerse del todo, desgraciadamente, de las desigualdades de género en el mercado. La economía solidaria, sobre todo con visión feminista, debe hacer propuestas para que las cláusulas sociales de las administraciones tengan en cuenta varios aspectos que eviten que los contratos públicos que muchas cooperativas necesitan para subsistir se rijan exclusivamente por el precio. Esto permitiría que tengan más autonomía para hacer las cosas de otra manera. Que no digo que no las hagan ya, de otra manera! Pero en muchos casos no se llega a más para estar insertada en una economía de mercado.
Aunque hubo otro marco hegemónico, el movimiento de la economía solidaria reivindica que otra economía no sólo es posible, sino que ya existe. Podemos afirmar lo mismo de la economía feminista?
“No todo el trabajo de cuidados es susceptible ni deseable que sea mercantilizado, porque es un trabajo que se define por el carácter relacional”
La economía feminista existe en el día a día en todos los hogares del mundo! Si no se hiciera, difícilmente podría sostenerse la otra cara de la economía, la productiva. No todo el trabajo de cuidados es susceptible ni deseable que sea mercantilizado, porque es un trabajo que se define por el carácter relacional.
La economía feminista es una manera de mirar la economía (la economía de mercado, la economía pública, la economía social y solidaria ….). Se trata de ampliar el objeto de análisis de la economía. No es sólo lo que pasa por el mercado a través de un intercambio monetario, sino que son todos los procesos que necesitamos para la reproducción social y una vida sostenible.
Aterrizando la teoría a una iniciativa de economía solidaria, por ejemplo, una cooperativa, qué elementos permiten afirmar que es feminista?
Hay que tener medidas de conciliación, un concepto que tiene mala prensa porque en el ámbito capitalista es prácticamente imposible conciliar la lógica del mercado, del capital, con la lógica de la vida, porque son contrapuestas. Para ser feminista, debe haber una jornada que sea compatible con la vida familiar, y no sólo para las mujeres! Los permisos de maternidad y paternidad deben ser los mismos. Ahora bien, hay aspectos que no sólo dependen de estas iniciativas alternativas, sino del entorno en el que se insertan.
¿Qué factores contextuales deben asentarse para conseguir que la economía no sea discriminatoria por razón de género? Donde deben actuar las políticas públicas?
Las políticas públicas que se pongan en marcha deben ser transversales, abordar todas las facetas que puedan ser reguladas. Una política económica que mercantiliza cada vez más y promueve la individualización del riesgo de las personas tiene consecuencias muy diferentes en hombres y mujeres.
“Los recortes han supuesto una hipoteca en el presente y, sobre todo, en el futuro de muchas mujeres”
La política macroeconómica tiene un sesgo deflacionista que afecta especialmente a las mujeres. Lo que ahora llamamos políticas de austeridad hace ir a la baja los salarios y, sobre todo, los de las personas que tienen una relación más precaria con el mercado de trabajo, los salarios más bajos, donde se concentran las mujeres. Son políticas que deterioran el sector público, en cuanto a ingresos y en cuanto a gasto público, lo que afecta especialmente a las mujeres porque somos las principales usuarias, directos e indirectos, de los servicios sociales, las principales trabajadoras de estos servicios y, también, sus sustitutas “naturales”. Las políticas deflacionistas son contrarias al bienestar de las mujeres.
Asimismo, la tasa de actividad femenina no ha parado de crecer durante la crisis. Quiere decir, por tanto, que se ha dado un proceso de intensificación del trabajo de las mujeres, con las consecuencias que implica en términos de disponer de tu tiempo y de tu vida autónomamente. Los recortes han supuesto una hipoteca en el presente y, sobre todo, en el futuro de muchas mujeres.
El papel clave en el cambio de contexto para construir una economía no discriminatoria por motivo de género, pues, la atribuyes a los gobiernos?
El sector público es un actor clave, como regulador, como consumidor, como distribuidor del gasto y como recaudador. La movilización comunitaria es fundamental, pero sus iniciativas no viven de manera aislada, sino dentro de una sociedad de mercado. Y el mercado se puede regular. Para una transformación social, que pasa necesariamente por una transformación económica, las diferentes visiones críticas -con puntos muy confluents- debemos conseguir Codiseño las reglas de juego a las instituciones públicas, para llevar a cabo las ideas de cambio. En el diseño y el desarrollo, sin embargo, debe participar más la ciudadanía y relevar el acceso al poder que hoy tienen los grandes bancos y corporaciones. Hay que ir cambiando la arquitectura institucional para que permita reformas radicales. Hoy, cuando queremos ganar al sistema, nos damos cabezazos contra la pared, para que nuestro sistema de garantías responde al modelo imperante.
Los llamados gobiernos del cambio, en el plano local, han topado?
“Las diferentes visiones críticas -con puntos muy confluents- debemos conseguir Codiseño las reglas de juego a las instituciones públicas, para llevar a cabo las ideas de cambio”
También en el plano municipal chocas con estructuras que no se pueden cambiar de un día para otro. Ciudades grandes como Barcelona pueden hacer mucho más que ayuntamientos pequeños que, con la ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración local, ya no tienen prácticamente soberanía y, sin autonomía financiera, no pueden implementar ninguna reforma. Si el cambio pasa por una mejor democracia, en cuanto a participación real de las personas en el ámbito de lo común, necesitamos cambios a las instituciones que lo permitan, así como cambios en la economía que permitan a la gente participar en la nada pública. En el sistema que nos encontramos, es necesario arbitrar la manera para que la participación sea inclusiva.
La crisis de los cuidados, la dificultad para responder a la necesidad de cuidados de parte de la población, es una de las formas que ha tomado la crisis sistémica, antes del estallido financiero. La economía solidaria tiene un papel en la reorganización social de la provisión de cuidados?
La economía social y solidaria muchas veces responde a retos sociales, como es la crisis de los cuidados. Hay iniciativas, como los bancos del tiempo, con muchísimas posibilidades, al igual que hay muchas dentro de la economía colaborativa. La limitación es que el trabajo de cuidados, al haber sido realizado siempre por mujeres de manera no pagada, genera empleos devaluadas, y las cooperativas de provisión de cuidados se encuentran y se encontrarán con las limitaciones vinculadas con la desvalorización del trabajo. Y hay que sumar el agravante de la satisfacción: no es la misma la que te puede suponer cuidar una criatura, que evoluciona, que cuidar a una persona mayor o enferma, que normalmente, involuciona. Esto puede limitar el voluntarismo. Además, en el ámbito de la colaboración, si somos sólo mujeres las que colaboramos entre nosotros, la capacidad transformadora de la sociedad patriarcal será muy limitada. Los hombres tienen que incorporarse al trabajo de cuidados, en el ámbito mercantil, en el público, en el comunal y en el privado. Cuando entren, se empezará a valorar, porque en esta sociedad lo que está desvalorizado no es el trabajo de cuidados, como tal, sino ser mujer.
https://directa.cat/lina-galvez-que-esta-desvaloritzat-no-es-treball-de-cures-sino-ser-dona

Feminicidio: Basura


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Revista Anfibia

Araceli Ramos, Serena Rodríguez, Noelia Akrap, Ángeles Rawson, Melina Romero, Daiana García. Tiradas a la basura, al costado de la ruta, en un descampado. Usan shorts, tienen novios, salen de noche. Las construyen poco a poco, como si fueran culpables, dice la escritora y periodista Gabriela Cabezón Cámara.

Tiradas a la basura, desgarradas, en pelotas: en la montaña asquerosa, un cuerpo como una cosa, como una cosa ya rota y que no sirve para nada, los restos del predador, la carne que le sobró de su festín asesino. Horas antes o después a la chica la buscaron la familia, los amigos, al final la policía y casi siempre la encuentra el que hace de la basura su trabajo cotidiano: un cartonero, el chofer de un camión recolector, alguien que anda por ahí. Después viene la ambulancia, le cambia la bolsa a blanca, se la llevan a la morgue y un auto lleva a los padres a ver si la chica es suya. Afuera espera la prensa: las cámaras y micrófonos buscando mostrarle al mundo el dolor más lacerante, la frase más torturada, la cara más arrugada por la angustia que la arrasa.o.

Tiradas a la basura en la bolsa de consorcio: igual que se tira un forro, la cáscara del zapallo, los papeles que no sirven y los huesos del asado entre tantas otras cosas. Tiradas como si nada, como objetos de consumo que ya fueron consumidos. Agarrarlas, asustarlas, verlas rogar, desnudarlas, humillarlas, violarlas, después matarlas, meterlas en una bolsa, tirarlas a la montaña de restos de la ciudad. Ya terminó el predador. Seguirán la policía, los abogados, los jueces y las cámaras de TV: sigue la carnicería en una especie de show que explica los femicidios.

Si la chica usaba short. Si tenía más de un novio. Si puso fotos en Facebook con boquita pecadora. Si salía mucho de noche. Si volvía a la mañana y tenía olor a whisky. Si estudiaba o no estudiaba. Si trabajaba de día o repartía tarjetas en la puerta de un boliche. Si era virgen. Si le gustaba enfiestarse. Si fumaba marihuana o sólo tomaba agua. Si tenía buenas notas o había repetido de año. Lo que dicen los amigos. Lo que piensan los vecinos. Lo que recomienda el cura que dirige la parroquia. Lo que supone un psiquiatra que va a la televisión. Lo que dice el movilero. Lo que supone la prensa. La idea que todos dicen sin terminar de decir: si la chica usaba mini y le gustaba bailar y si llevaba adelante su propia vida sexual según lo que le gustaba, era una trola y las trolas se la buscan y la encuentran.

La construyen poco a poco como si fuera culpable: digamé, comunicador y digan sus audiovidentes, si una mujer joven tiene más de un novio o, peor, ninguno, y vuelve en pedo a las seis y salió en vestido corto, ¿Se está buscando la muerte? ¿Piensa que se la merece? ¿Usted cree que debería volver antes de las doce? ¿Vestirse con una burka e ir a misa los domingos? ¿Usted quiere que le pida permiso a algún buen señor para salir cuando quiere? ¿Que deje de salir sola? ¿Que piense lo que se pone porque si a un hijo de puta le parece algo indecente por ahí la hace pelota? Le pregunto más cortito: ¿Piensa que una chica es propiedad de algún muchacho y que si no tiene dueño pueden matarla tranquilos? ¿De verdad se siente bien eligiendo como elige la foto más provocativa para decir sin decir “la piba era una atorranta”, “los padres no la cuidaban”, “su vida no tenía rumbo”? Empieza una denigración, algo que está en la cultura, no digo que lo inventa usted, pero podría revisar la máquina de prejuicios que le salta cuando habla y cuando hablan los demás.

Entre otras cosas se nota la puntuación del mercado: hay cuerpos que valen más y hay cuerpos que valen menos. Casta, rica y estudiosa vale más que pobre y trola pero todas valen menos que el cuerpo del matador que es la manifestación extrema de este estado de las cosas: buena parte del planeta cree, a veces sin saberlo, que cosas somos nosotras. Pobres cosas, poca cosa, algo que se usa y se tira, nada de bienes suntuarios, muñecas que se descartan como globos ya pinchados. Es como canibalismo. Es una bestialidad. Piensen un poco, señores, piensen también las señoras y sientan un poco más: somos sus madres, sus hijas, sus hermanas, sus esposas, sus amigas, sus amantes, sus novias.

Somos más de la mitad del mundo que hacemos juntos. No insumos a descartar.

martes, 25 de octubre de 2016

Nada puede frenar la violencia contra la mujer

Feminismo & Feminicidios


Franco Morales Lara


La autora nos indica las claves de por qué el feminicidio va más allá de ser un tipo de violencia particular sino que es sobretodo un mecanismo de dominación.

Las cifras

La muerte de mujeres, casi en su totalidad a manos de sus parejas sentimentales, es un fenómeno social que aumenta considerablemente. Bolivia aparece entre los 25 países del mundo con mayor incidencia de violencia contra la mujer y Cochabamba como el departamento con mayor número de casos. El término feminicidio esta en boca de autoridades y ciudadanía en general, las campañas publicitarias de prevención son más frecuentes en los diferentes medios de comunicación, grupos activistas convocan a través de las redes sociales a tomar las calles, las leyes se han endurecido y se crearon instancias de ayuda a la mujer en situación de violencia, pero al parecer nada detiene esta ola de crímenes. El primer semestre del año arroja una lamentable cifra de 59 mujeres asesinadas, en su mayoría al interior de las relaciones conyugales, esta cifra no toma en cuenta la violencia física, psicológica, sexual, etc, porque al quedar en el ámbito privado es imposible cuantificarlos, a esto se añade los problemas que encuentran las mujeres en denunciar pues no sólo pasa por los mecanismos jurídicos sino también por la imposibilidad de reconocer este tipo de violencia naturalizada vinculada a los hábitos más arraigados de la cotidianidad social y familiar; también estos números no reflejan la cantidad de niñas y niños que quedan huérfanos y que no cuentan con apoyo para tratar sus secuelas psicológicas.

 Capitalismo y patriarcado
La mujer bajo este sistema capitalista en alianza y complementariedad con el patriarcado no es valorada como una persona autónoma, ni mucho menos como una persona en condiciones de igualdad económica y cultural, todo lo contrario es reducida a un objeto, a una cosa infravalorada de propiedad del hombre, esta situación parafraseando a A. Kollontai surge con la finalización del comunismo primitivo y el advenimiento y consolidación del patriarcado que se vale de la construcción social, cultural e histórica del género que diferencia lo masculino de lo femenino en una relación completamente asimétrica. Durante el siglo XX, la etapa neoliberal del capitalismo ha eliminado derechos de la clase obrera y con ello ha profundizado la pobreza de las mujeres sobreexplotando su fuerza de trabajo, además el capitalismo refuerza su ideología mediante el modelo patriarcal, fortaleciendo la reproducción de la formación social de la clase dominante y la opresión y explotación de la mujer, pues cada formación social histórica tiene un esquema característico de relaciones sociales y sus propios mecanismos de dominación y dentro de ella un esquema particular de relaciones sociales entre hombre y mujer con sus propios mecanismos de dominación.
El feminicidio como el ejercicio más violento de poder y dominio 

El feminicidio va más allá de ser un tipo de violencia particular, es sobretodo un mecanismo de dominación, cuya causa no debe ser reducida a patologías individuales ni a estupefacientes y/o sustancias psicotrópicas, debe ser comprendido tal cual argumenta Segato como una condición necesaria para mantener las relaciones jerárquicas de género que ponen al hombre en una posición clara de dominación. El feminicidio tampoco debe ser reducido a un tema íntimo o doméstico que sólo compete a las parejas, pues ya lo afirmaba Kollontai, la posición de la mujer en la sociedad determina su situación en la familia (1). Lamentablemente en muchos de estos casos también fueron muertos los hijos como parte del castigo proyectado sobre ellas y su propia capacidad de dar vida, resultado de ese convencimiento de creerse dueño de “su” esposa o cónyuge y de “sus” vástagos. Inmersa en esta cultura y relaciones sociales de producción la mujer es víctima de diferentes tipos de violencia, constituyéndose el feminicidio en la forma más extrema de ese ejercicio violento que atraviesa todas las clases sociales, pero que golpea con más fuerza a la mujer empobrecida, que por su misma posición económica es más dependiente de su pareja, situación que la hace más vulnerable. De acuerdo al colectivo “Ni una menos” lo que el feminicidio hace es: marcar los cuerpos de las mujeres violentamente, y como amenaza para otras: para que las mujeres no puedan decir que no, para que renuncien a su independencia. (2) El feminicidio viene a ser también una amenaza, un mensaje de poder, de dominio contra el colectivo de mujeres en su conjunto, por parte de esa masculinidad, que encuentra en el “ser hombre” un mandato social en el que se le exige una serie de rasgos, comportamientos, símbolos y valores que interactúa con otros elementos como la religión, la etnia, la clase, la sexualidad para que a través de las relaciones sociales se preserve y perpetúe el ejercicio exclusivo de poder y dominio del género masculino que demanda en cada hombre el deber de afirmar en cualquier circunstancia su virilidad y más aún al interior de la familia.

Feminicidio como corolario de la opresión

Detrás de cada víctima hay una historia de opresión y explotación que tiene raíces histórico-sociales, para Gema Puga “en el capitalismo la opresión es utilizada por la clase dominante para someter a la clase explotada y justificar esa explotación. Esa opresión-explotación de las mujeres se manifiesta de varias formas: la reproducción y el mantenimiento de la fuerza de trabajo a través del trabajo doméstico no remunerado y la utilización de la mano de obra femenina con salarios más bajos, propiciando mayor extracción de plusvalía (más beneficio para la clase dominante, la burguesía)”.(3) La opresión esta naturalizada y asumida como tal por la sociedad, por esa razón ataca a todas las mujeres en varios campos de su vida personal, profesional y laboral. Para justificar esta situación, se fue construyendo a través de la historia la inferioridad femenina hasta finalizar en la desigualdad de sexos; inferioridad y desigualdad forman parte de la base ideológica de las relaciones sociales de producción capitalistas. De ahí que pretender erradicar la violencia de género por ley lamentablemente no es posible, la antropóloga Rita Laura Segato afirma: No es por decreto, infelizmente, que se puede deponer el universo de las fantasías culturalmente promovidas que conducen, al final, al resultado perverso de la violencia, ni es por decreto que podemos transformar las formas de desear y alcanzar satisfacción constitutivos de un determinado orden socio-cultural, aunque al final se revelen engañosas para muchos. (4)

 ¿Es posible frenar el feminicidio con las leyes? 

El derecho penal y el órgano judicial responden al poder patriarcal, ahí su gran contradicción, basados en un sistema de castigo que trata de controlar mediante el miedo, goza de poca credibilidad en nuestro país por su alto índice de corruptibilidad e ineficacia. Por lo tanto confiar sólo en el recurso al sistema penal incluso con sanciones cada vez más endurecidas implica un alto riesgo para la sociedad, pues las leyes consolidan el poder del sistema capitalista que ampliamente se beneficia con la opresión y explotación de las mujeres y porque las prisiones no cumplen con la función otorgada que es la de la reinserción social, cabe hacer notar que varios casos de feminicidio se dieron después de que el marido o cónyuge salió de prisión y tomó vendetta con aquella que se atrevió a denunciarlo. Esta situación no significa que las mujeres víctimas de violencia machista no deban usar los medios jurídicos que tengan a su alcance para defenderse, mientras sea con lo único que cuenten en la actualidad no hay más remedio, pero como sostiene Segato se debe ir más allá de las leyes e imponer una ética feminista para toda la sociedad, pues la violencia a la mujer no les compete sólo a ellas, no es algo que se reduce a lo genital, sino es una situación que nos responsabiliza a todos, esa ética debe remover la consciencia para pasar de una clase en sí a una clase para sí, es decir adquirir una consciencia de clase transformando los afectos y relaciones de género, transformando también las relaciones sociales de producción, mencionando a Marx “el mecanismo general de todo cambio social es la formación de nuevas relaciones sociales de producción que corresponden a un estadio definido del desarrollo de las fuerzas materiales de producción” (5). Esta ética feminista también debe desconstruir el modelo capitalista de masculinidad, debe apuntar a una subversión del orden androcéntrico, rompiendo con ese ejercicio del poder que encubre dominaciones concretas, rompiendo los roles sexuales dominantes. Por último esta ética feminista debe vincular la lucha antipatriarcal con la lucha anticapitalista, de otra manera ni las leyes más draconianas podrán cambiar la situación de la mujer.

Notas bibliográficas:

1. Kollontai, Alexandra: “La mujer en el desarrollo social” Biblióteca Lluita Comunista 1976
2. Ni una menos: “Documento I” 2015
3. Puga, Gema: ¿Cuál es el origen de la opresión de la mujer? Rebelión 28 febrero 2012
4. Segato Rita Laura: “Las estructuras elementales de la violencia: contrato y status en la etiología de la violencia” Serie Antropología Nº 334 2003
5. Marx, Karl: “Escritos sobre la comunidad ancestral” Fondo Editorial y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional 2015. 

Hombres que explican: Mansplaining y tres investigaciones



Por ISABEL ARRIAGADA
El punto se vuelve conflictivo cuando a la conversación subyace una amabilidad forzada que esconde una actitud arrogante, el exceso de confianza o un sentimiento de superioridad (o lástima) del hablante respecto a un oyente que presume ignorante. El hablante explica sin darse el trabajo de indagar, primero, si la explicación es necesaria. Ahí siempre, eternamente, escondida y maldita, viene la frase desalentadora: “A un hombre no le habría pasado esto.”

Para los que no estén familiarizados con el 
slang norteamericano, desde hace aproximadamente una década en Estados Unidos el neologismo mansplaining ha traspasado las barreras de la cultura pop y se ha convertido en un término de uso común. La palabra proviene de la yuxtaposición entre man (hombre) y explaining (explicar) y refiere a situaciones en que el hablante exhibe una actitud condescendiente o paternalista con su interlocutor. El New York Time seleccionó “mansplainer” entre la lista de palabras del año 2010  y en 2014 “mainsplaing” fue incorporada a la versión online del Oxford Dictionaries.  En mi columna anteriorescribí sobre la manifestación institucional de las brechas de género en el mundo académico (claustros, autoridades, esquemas laborales, fondos públicos, publicaciones y paneles de discusión dominados por hombres). Ahora me gustaría referirme a los problemas de la micro interacción entre hombres y mujeres en este contexto.Por Isabel Arriagada
Aunque inciertos, los orígenes del término mansplaining refieren a un ensayo de la escritora Rebecca Solnit escrito en 2013 en donde Solnit relata que en una cena de trabajo, uno de los invitados amablemente le recomienda a ella leer el nuevo libro sobre el rol de Eadweard Muybridge en la fotografía del siglo XIX. Solnit, después de escucharlo con bastante incomodidad, tuvo que aclararle a este hombre ¡que ella era la autora del libro que él, muy amablemente, le recomendaba leer! Después de este ensayo Solnit escribió el libro “Men Explain Things to Me” en 2014 y fue considerado como un nuevo hito dentro del feminismo norteamericano. Como la misma Solnit señala, en el corazón de la lucha contra la violación, el abuso sexual y la violencia doméstica subyace también la lucha por visibilizar y dar voz a las mujeres en general.  Quisiera darme un pequeño gusto en esta columna y acudir a mi folclore personal para terminar de ilustrar el mansplaining. Un conocido mío en una reunión, cuando supo que yo quería iniciar un doctorado, me recomendó postular a Becas Chile (yo ya había postulado y obtenido una beca) y estudiar con anticipación para el test de inglés (que yo ya había rendido con no despreciable éxito). No dudo que Solnit, como yo, apreciara la amabilidad de los hombres que nos aconsejan y ayudan. El punto se vuelve conflictivo cuando a la conversación subyace una amabilidad forzada que esconde una actitud arrogante, el exceso de confianza o un sentimiento de superioridad (o lástima) del hablante respecto a un oyente que presume ignorante. El hablante explica sin darse el trabajo de indagar, primero, si la explicación es necesaria. Ahí siempre, eternamente, escondida y maldita, viene la frase desalentadora: “A un hombre no le habría pasado esto.”
Como es frecuente en el columnismo femenista bien entendido, el objetivo del términomansplaining (y la finalidad misma de esta columna) no es denigrar ni atacar a los hombres. Cómo desconocer la existencia de amigos, familiares, profesores y académicos valiosos y ejemplares, que ven a sus amigas, estudiantes, esposas y colegas como iguales y aprecian y respetan su pensamiento y opinión. Tampoco es posible negar los casos en que las mujeres pecamos de arrogancia y soberbia. El punto es que todavía queda mucho por hacer. Hombres en el 2016, como el candidato presidencial en Estados Unidos, nos explican que los hombres tienen el derecho de agarrar nuestras vaginas en público, o nos explican, quizás subrepticiamente, que no existen mujeres merecedoras del premio nobel, nos explican que no tenemos autonomía sobre nuestros cuerpos y nos explican también que podemos terminar empaladas y muertas a la salida del colegio.
Para estos mansplainers (y las veces en que hasta el más ferviente feminista ha abusado quizás sin quererlo de su posición de privilegio), vale la pena identificar y derrotar el entrenamiento cultural que reciben los hombres mientras las mujeres nos vemos obligadas a ser espectadoras de su pequeña performance. Por esta razón, en esta columna quisiera presentarles tres líneas de investigación que han descubierto diferencias de género en micro interacciones entre hombres y mujeres.
Primera investigación: Los hombres hablan más, interrumpen más y ocupan más espacio que las mujeres. En su investigación “Becoming a Gendered Body: Practices of Preschools”, Karin Martin descubrió que en Estados Unidos los profesores aplican un currículum oculto en el sistema educacional que entrena diferenciadamente voces, comportamiento, actividades y movimientos de niños y niñas. Los profesores y profesoras del jardín infantil en estudio sancionaban a las niñas por gritar, correr o arrastrarse en el piso, mientras que las sanciones operaban con mucha menor frecuencia e intensidad respecto a sus pares masculinos. Los niños demostraban sentir  mayor libertad para moverse, hablar, o gritar en espacios formales, mientras que a las niñas se les disciplina para mantenerse sentadas y físicamente constreñidas. En el mundo adulto, Leaper y Anderson descubrieron que, en conversaciones de grupo, los hombres hablan más que las mujeres (toman turnos más largos para hablar), dominan con mayor insistencia el flujo de la conversación e interrumpen intrusivamente a sus interlocutores con mayor frecuencia que las mujeres (Anderson & Leaper, 1998).
Segunda investigación: Los hombres pueden ser más irónicos que las mujeres en una conversación. La ironía constituye una fórmula del lenguaje que habilita a los hablantes para ejecutar distintas funciones pragmáticas en una conversación, como ser “cómico”, expresar sorpresa, demostrar dominación o conocimiento sobre un tema o disminuir las críticas de los interlocutores. Colston & Lee demostraron que, bajo ciertas circunstancias, los hombres demuestran usar con mayor frecuencia el recurso a la ironía que sus pares femeninos. (Colston & Lee, 2004). Según los autores, quien usa la ironía se arriesga (no solo a humillar a sus oyentes), sino a que los oyentes malinterpreten o malentienden a sus interlocutores. Los hombres demostraron subestimar este riesgo con mayor frecuencia que las mujeres. En otras palabras, estos hombres no parecían buscar el éxito de la conversación, sino demostrar su propia superioridad.
Tercera investigación: El lenguaje de los hombres violenta a las mujeres en sus lugares de trabajo. En una investigación con mujeres estudiantes de posgrado en las áreas de física y astronomía, los investigadores Barthelemy, McCormick y Henderson descubrieron que las mujeres reportan, entre otros, objetivación sexual (sus cuerpos son tratados como objetos), uso de lenguaje sexista en sus lugares de trabajo, invisibilización, distribución de tareas según género (que las mujeres que sirvan café y tomen apuntes y actas parece ser un fenómeno casi universal), bromas sexistas y negación explícita de las diferencias de género. (Bathelemy, et al, 2016).
Los resultados de una investigación nunca son concluyentes. A los breves hallazgos que les presento subyace una histórica complejidad en las diferencias de género de que los investigadores solo podrán dar cuenta parcialmente; el tiempo y los avances metodológicos también jugarán su parte en precisar y validar estos descubrimientos. Sin embargo, las ciencias sociales pueden ser un magnífico punto de partida para orientar la transformación de nuestras prácticas.  Hombres (y mujeres en posiciones de privilegio) tienen (tenemos) el trabajo introspectivo de reconocer posiciones de poder, calcular y delimitar el espacio que ocupan en lugares de trabajo, paneles, sets de televisión o conversaciones, admitir la propia ignorancia en ciertos campos y reconocer y celebrar el conocimiento y experiencia de otros y otras, conceder puntos y construir conversaciones colaborativas, evitar repetir argumentos hasta el cansancio, tratar a las mujeres como iguales, evitar “dar por cerrada” una discusión, responder con humildad preguntas (y correos electrónicos quizás), distribuir el tiempo entre hombres y mujeres de manera equitativa, evitar editar artículos sin preguntarle antes a su autora (!), discutir con la mejor versión posible del argumento contrario y, sobre todo, escuchar y preguntar antes de ofrecer una explicación.
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Anderson, K. J., & Leaper, C. (1998). Meta-analyses of gender effects on conversational interruption: Who, what, when, where, and how. Sex Roles39(3-4), 225-252.
Barthelemy, R. S., McCormick, M., & Henderson, C. (2016). Gender discrimination in physics and astronomy: Graduate student experiences of sexism and gender microaggressions. Physical Review Physics Education Research12(2), 020119.
Colston, H. L., & Lee, S. Y. (2004). Gender differences in verbal irony use. Metaphor and Symbol19(4), 289-306.
Martin, Karin A. “Becoming a gendered body: Practices of preschools.” American sociological review (1998): 494-511.